Las Fuerzas Armadas iraníes emitieron este domingo una advertencia sin precedentes, puesto que a través de un mensaje televisado, pidieron a los israelíes abandonar el país “para salvar sus vidas”. La amenaza llegó momentos antes de una nueva oleada de misiles lanzados por Irán contra Tel Aviv y Haifa. Mientras tanto, el Ejército israelí también lanzó un mensaje público, instando a los ciudadanos iraníes a alejarse de fábricas de armas en su territorio.
En la televisión estatal iraní, un portavoz militar declaró que se atacarán “objetivos sensibles e importantes”, incluyendo centros militares, de seguridad, residencias de altos mandos y sedes de toma de decisiones. Con una bandera iraní ondeando de fondo, el vocero aseguró: “Dejar esta tierra ocupada es la única manera de salvar sus vidas”. Además, pidió a los civiles no actuar como “escudos humanos del régimen israelí”.
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Poco después, misiles impactaron en Tel Aviv y Haifa, según la agencia IRNA. El ataque fue simultáneo a otra ofensiva israelí que dejó más de 180 muertos en Irán, incluidos altos mandos de la Guardia Revolucionaria y científicos del programa nuclear.
Una guerra sin freno ni tregua a la vista
Durante este mismo domingo 8 de junio, Israel lanzó bombardeos en Teherán, atacando el Ministerio de Exteriores, el Comando de la Policía y zonas residenciales. Medios iraníes informaron explosiones en distintos sectores de la capital. La agencia Tasnim reportó que un dron israelí impactó el Cuartel General de la Policía. El viceministro de Exteriores, Saeed Khatibzadeh, calificó el bombardeo como “brutal” y confirmó civiles heridos, incluyendo personal del ministerio.
Además, cinco coches bomba explotaron en puntos estratégicos de la ciudad. IRNA acusó directamente a Israel y afirmó que las explosiones ocurrieron luego de que los sistemas antiaéreos interceptaran una primera oleada de proyectiles.
Foto tomada por AFP
Ni Irán ni Israel muestran intención de detenerse. Este domingo 15 de junio, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó la muerte del jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Mohamad Kazemi, y de su segundo al mando, Hasán Mohaqeq. El inicio de esta nueva escalada fue el ataque israelí del viernes a instalaciones nucleares iraníes, considerado por Teherán como una amenaza existencial.
El canciller iraní, Abás Araqchí, aseguró que si Israel cesa los ataques, ellos también detendrán su ofensiva. Pero la realidad, hasta ahora, va en dirección contraria. El mundo observa con alarma cómo dos potencias regionales se deslizan hacia una guerra abierta.
