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Denuncian decoloración de loros en peligro de extinción en Yucatán

Dos aves rescatadas muestran las consecuencias físicas y emocionales de este engaño.

El Proyecto Santa María, organización mexicana dedicada a la rehabilitación de aves silvestres, denunció un nuevo y cruel método utilizado por traficantes de fauna en Yucatán: la decoloración y teñido artificial del plumaje de loros para simular que pertenecen a especies altamente cotizadas y en peligro de extinción, como el loro cabeza amarilla (Amazona oratrix).

Los casos más recientes involucran a Limón, un loro cachetes amarillos, y Gomita, un perico pecho sucio, quienes fueron entregados por la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) al centro de rescate. Ambas aves presentaban signos evidentes de haber sido sometidas a procedimientos químicos, como el uso de peróxido, para cambiar el color de sus plumas.

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Además del evidente fraude, la situación revela un alarmante nivel de maltrato. Limón llegó con ansiedad severa, heridas por autolesión y un claro rechazo al contacto humano, mientras que Gomita tenía una fractura mal curada en una de sus patas. “No solo llegan dañados físicamente, también vienen emocionalmente rotos”, explicó José Pierre Medina, representante legal de Proyecto Santa María.

Decoloración de aves, una tendencia en el mercado negro

Según el centro de rescate, esta técnica se ha convertido en una tendencia dentro del mercado negro de aves, que busca capitalizar el alto valor de especies protegidas como el loro cabeza amarilla, conocido por su capacidad para imitar la voz humana y cuya distribución abarca países como México, Guatemala, Venezuela y Colombia.

La organización advierte que los químicos aplicados pueden causar efectos devastadores: desde lesiones en la piel y ojos, hasta ceguera permanente y, en muchos casos, la muerte. “Algunas aves llegan completamente ciegas por la exposición directa a estas sustancias”, denunció Medina.

Ante esta realidad, Proyecto Santa María hizo un llamado categórico a la ciudadanía: no comprar aves silvestres bajo ninguna circunstancia. “No se trata de enseñar a distinguir un ave alterada, se trata de no participar en este mercado que destruye vidas”, enfatizaron.

El tráfico ilegal de fauna en México está tipificado como delito en el artículo 420 del Código Penal Federal, con penas de prisión y multas económicas para quienes capturen, transporten o comercialicen especies protegidas.

Por ahora, Limón y Gomita siguen en proceso de rehabilitación, con atención médica y conductual especializada. Se espera que, con el tiempo, sus plumas vuelvan a su color natural y puedan vivir en un entorno seguro. Sin embargo, el caso deja al descubierto una práctica creciente que exige acciones urgentes por parte de las autoridades y una mayor conciencia social.

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