El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se convierte en el sexto alto funcionario en abandonar el Gobierno tras el escándalo de corrupción relacionado con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). La controversia está relacionada con irregularidades dentro de la Unidad, que involucran la adquisición de 80 carrotanques inoperantes en La Guajira y presuntas redes de corrupción vinculadas a altos funcionarios.
En ese sentido, la decisión de Bonilla llega luego de que se conociera que en la tarde del 4 de diciembre, el presidente Gustavo Petro le solicitó su renuncia, argumentando presiones políticas que buscan desestabilizar la administración.
El mandatario a través de su cuenta en X, justificó la salida de Bonilla como un acto de defensa frente a los ataques políticos. “Espero su renuncia, no porque sea culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de gobierno”, afirmó el mandatario. Sin embargo, este caso pone en entredicho la narrativa anticorrupción que ha acompañado la carrera política de Petro y debilita la percepción de su gestión.
Más renuncias en el Gobierno
El caso de la UNGRD ha provocado una serie de renuncias significativas en el Gobierno. Además de Ricardo Bonilla, el primero en salir fue el exdirector de la entidad, Olmedo López, seguido por el exsubdirector, Sneyder Pinilla. Ambos funcionarios fueron señalados de malversar recursos destinados a emergencias nacionales para pagar favores políticos.
En julio de 2024, acusaron al entonces ministro del Interior, Juan Fernando Velasco, de coordinar presuntas “coimas” para asegurar apoyo legislativo a las reformas del Gobierno, lo que lo llevó a dejar su cargo. Por otro lado, señalaron a Sandra Ortiz, ex alta consejera para las regiones, de lavar activos y traficar influencias, acusándola de entregar 3.000 millones de pesos al expresidente del Senado, Iván Name.
Otra renuncia que llamó la atención y se sumó a las anteiormente mencionadas, es la del exdirector nacional de Inteligencia, Carlos Ramón González, apuntado como presunto cerebro detrás de las maniobras corruptas dentro de la UNGRD.
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Finalmente, con todas estas salidas y ahora con la de Ricardo Bonilla, el Gobierno enfrenta otro golpe a su estabilidad mientras las investigaciones judiciales continúan avanzando. Todo apunta a que este escándalo apenas está empezando a desplegar su verdadero alcance.
