El pasado 4 de febrero, durante el primer Consejo de Ministros transmitido a nivel nacional, se vivió un episodio de alta tensión y polémica que puso en evidencia las profundas divisiones internas del Gobierno. El encuentro, presidido por el mandatario Gustavo Petro, se transformó en una batalla verbal en la que se esgrimieron críticas directas y frases incendiarias entre los funcionarios, generando un ambiente de confrontación poco habitual en el alto mando.
Durante la reunión, el ambiente se cargó de confrontaciones desde el inicio. En un momento en que el presidente comenzaba su alocución, se notó la tardanza del ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, lo que motivó a Petro a señalar con cierto tono de burla: “Ve, llegó el ministro de Educación. Bravo”. La respuesta de Rojas, un seco “buenas tardes”, evidenció el malestar que se palpaba en el recinto y dio inicio a una serie de declaraciones polémicas.
La controversia se intensificó cuando la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, expresó sin tapujos su rechazo al reciente nombramiento de Armando Benedetti, aduciendo: “Como feminista yo no me puedo sentar en esta mesa de gabinete con Armando Benedetti”. Con estas palabras, Muhamad dejó claro que ciertos nombramientos contradicen los principios del proyecto progresista que se esperaba en la administración. No mucho después, la vicepresidenta y ministra de la Igualdad, Francia Márquez, desató aún más la tensión al denunciar actitudes hostiles por parte de la nueva canciller, insistiendo en que “no me parecen las actitudes de Laura Sarabia conmigo, que me ha tocado decirle: ‘¡Respéteme, soy la vicepresidenta!’”.
Tenso momento entre Sarabia y Bolívar
El clima se volvió aún más explosivo cuando el director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, irrumpió en la discusión afirmando: “Laura está mintiendo, presidente”, en respuesta a las declaraciones de la canciller sobre los migrantes que llegaban al país en las que afirmó que nadie de Prosperidad Social se había hecho presente.
Sin embargo, Bolívar no se detuvo ahí y llegó a recomendar que “Sarabia y Benedetti deberían ocupar otros cargos menos importantes”, lo que desató una pelea en vivo que obligó al presidente a intervenir para restaurar el orden, recordándole al funcionario la necesidad de respetar la jerarquía en el debate. Además, en medio de su rendición de cuentas, el ministro de Educación apeló a la atención del presidente, diciendo: “Presidente, póngame un poquito de atención”, evidenciando la confusión y la desorganización que se vivieron durante el encuentro.
El caótico episodio no solo ha generado críticas internas, sino que también se ha viralizado en redes sociales, donde los usuarios han compartido memes y comentarios sarcásticos sobre la exposición pública de los conflictos internos. Asimismo, la polémica se ha visto reforzada con la noticia de que el presidente Petro podría enfrentar una demanda por presunta revelación de secretos, debido a que la transmisión de estas sesiones vulnera la confidencialidad establecida para los consejos de ministros.
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Finalmente, la sesión del 4 de febrero dejó en claro las profundas divisiones dentro del Gobierno, en un momento crucial cuando el país se prepara para una transición de poder en 2026. La exposición pública de estas tensiones plantea interrogantes sobre la capacidad del Ejecutivo para implementar su agenda de forma unificada y cumplir con las expectativas de los ciudadanos.