El avance de la reforma a la salud en la Cámara de Representantes sufrió un nuevo revés. Este 13 de febrero, tras la aprobación de siete artículos en la plenaria, la discusión fue suspendida debido a recusaciones contra congresistas de los partidos Alianza Verde y Liberal. La medida generó tensiones dentro del legislativo y pone en pausa un debate clave para el futuro del sistema de salud en Colombia.
La primera recusación se dirigió a la bancada de la Alianza Verde. El argumento central señala un posible conflicto de interés derivado del reciente nombramiento de Antonio Sanguino como ministro de Trabajo en el Gobierno de Gustavo Petro. Según la queja presentada, Sanguino ha sido una figura influyente dentro del partido y su designación podría afectar la imparcialidad de los congresistas de esta colectividad en la votación de la reforma.
Poco después, se conoció otra recusación, esta vez contra los congresistas del Partido Liberal. La queja apunta a que algunas campañas de los legisladores habrían recibido financiamiento de empresas que podrían beneficiarse o verse afectadas por la reforma. Ante la acusación, la mayoría de la bancada liberal optó por abandonar la sesión, lo que llevó a la disolución del quórum y la interrupción inmediata del debate.
Jaime Raúl Salamanca, presidente de la Cámara de Representantes, explicó que esta recusación introduce un elemento nuevo en la discusión: la posible influencia de los aportes de campaña en las decisiones legislativas. Debido a esto, se tomó la decisión de remitir el caso a la Comisión de Ética para su evaluación.
Gobierno cuestiona el uso de recusaciones
El ministro del Interior encargado, Gustavo García, expresó su preocupación por lo que considera un uso reiterado de recusaciones como herramienta para frenar el debate parlamentario. Según el funcionario, este mecanismo, en lugar de funcionar como un control político legítimo, se ha convertido en una estrategia para dilatar discusiones fundamentales.
“Cuando en lugar de debatir sobre la salud de los colombianos, nos enfocamos en recusaciones repetitivas y sin fundamentos sólidos, la democracia sale perjudicada”, afirmó García.
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Por ahora, la reforma a la salud quedará en pausa hasta que la Comisión de Ética de la Cámara de Representantes analice las recusaciones y emita un pronunciamiento. Mientras tanto, el futuro del proyecto sigue en el aire, con una incertidumbre creciente sobre su viabilidad en el Congreso.
