En un evento que debía centrarse en el reconocimiento al liderazgo empresarial, la política terminó acaparando la atención. Durante la ceremonia de premiación del Empresario del Año 2024, el presidente Gustavo Petro hizo entrega del galardón a Jaime Gilinski, empresario de gran influencia en Colombia. Sin embargo, lo que debía ser una velada de celebración se convirtió en el escenario de un gesto que generó debate: el expresidente Iván Duque y el exfiscal general Francisco Barbosa abandonaron el recinto en el momento en que Petro tomó la palabra.
El acto, que tuvo lugar en el exclusivo club El Nogal de Bogotá, no tardó en volverse tema de conversación en redes sociales y medios de comunicación. Las reacciones no se hicieron esperar. Mientras algunos consideraron la salida de Duque y Barbosa como una protesta legítima en el marco democrático, otros la calificaron de irrespetuosa y una afrenta a la institucionalidad del evento.
No obstante, el presidente Petro no reaccionó inmediatamente a la situación, pero posteriormente publicó en su cuenta de X un escueto mensaje acompañado de un video que mostraba la retirada de los exfuncionarios: “No me di cuenta”. Esta breve respuesta fue interpretada por algunos como un desdén ante el desaire y por otros como una estrategia para minimizar el impacto del gesto de sus opositores.
El episodio reavivó las tensiones entre Petro y Duque, cuyas visiones políticas han estado en conflicto desde la campaña presidencial. Barbosa, quien fue fiscal durante el mandato de Duque, ha sido una figura polémica debido a su cercanía con el expresidente y a los cuestionamientos sobre la independencia judicial durante su gestión.
La influencia de Gilinski y su relación con el Gobierno
Más allá del rifirrafe político, la premiación de Jaime Gilinski también puso en la mesa las dinámicas de poder en el sector empresarial y su relación con el Estado. Gilinski es una de las figuras más influyentes en la economía del país, con inversiones en banca, medios de comunicación e industria alimentaria.
En 2024, la Superintendencia de Industria y Comercio dio luz verde a la separación del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), facilitando que los Gilinski consolidaran su control sobre Nutresa. La compañía decidió entonces suspender la distribución de dividendos para priorizar inversiones en proyectos de cultivo de cacao, alineados con la política gubernamental de sustitución de cultivos ilícitos.
Sin embargo, la relación entre Petro y Gilinski no ha estado exenta de tensiones. En 2023, las diferencias políticas y posiciones internacionales los distanciaron. La postura de Petro frente al conflicto entre Israel y Palestina, donde comparó la situación en Gaza con el Holocausto, generó un profundo malestar en la familia Gilinski, de ascendencia judía. A raíz de estas declaraciones, Israel suspendió las exportaciones de armamento a Colombia, lo que desató un conflicto diplomático que todavía tiene repercusiones.
Economía y futuro del país
Durante su intervención en la ceremonia, Petro resaltó la importancia de fortalecer sectores estratégicos como la agricultura, la industria y el turismo. Según cifras del Dane, la agricultura creció un 8,1% en el último año, mientras que el turismo registró un aumento del 8,5%, con la llegada de 6,8 millones de visitantes y una generación de divisas cercana a los 10.000 millones de dólares.
Sin embargo, la entrega del premio a Gilinski también despertó críticas sobre la concentración del poder económico y su papel en la toma de decisiones nacionales. Mientras el gobierno impulsa un modelo basado en la diversificación económica, sectores empresariales y políticos han expresado dudas sobre la viabilidad de estas políticas en el largo plazo.
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Finalmente, el evento, que debía ser un espacio para reconocer el liderazgo empresarial, terminó convirtiéndose en un reflejo de las tensiones políticas y económicas que marcan el rumbo del país. La salida de Duque y Barbosa fue solo un síntoma de una polarización que sigue definiendo el panorama colombiano.
