Armando Benedetti ha logrado lo que parecía un desafío para el Gobierno de Gustavo Petro. En apenas dos días, logró recomponer las mayorías en la Cámara de Representantes y sacar adelante la reforma a la salud, una iniciativa que había estado estancada durante meses.
A diferencia de sus predecesores, como Luis Fernando Velasco y Juan Fernando Cristo, quienes intentaron en vano impulsar la reforma sin éxito, Benedetti ha sabido gestionar las relaciones políticas entre la Casa de Nariño y el Legislativo. Desde antes de asumir su cargo, él comenzó a establecer diálogos con sectores clave del Congreso, logrando restablecer el equilibrio de poder.
La reforma, que promete ser un cambio significativo en el sistema de salud colombiano, pasó en la Cámara con 90 votos a favor. Benedetti no solo logró el respaldo de los sectores tradicionales que han acompañado al Gobierno, sino que también logró evitar las disputas internas que previamente habían frenado iniciativas clave.
El reto en el Senado, prueba final
Ahora, el verdadero desafío de Benedetti se presenta en el Senado. La reforma a la salud debe superar su tercer debate en la Comisión Séptima, un escenario mucho más complejo. En ese mismo espacio, la iniciativa del Gobierno ya naufragó una vez antes. Sin embargo, personas cercanas al ministro aseguran que Benedetti ya está trabajando en la construcción de los acuerdos necesarios para garantizar una aprobación expedita en esta nueva fase del proceso legislativo.
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Al conocer la aprobación de la reforma en la Cámara, Benedetti no dudó en expresar su satisfacción a través de su cuenta de X: “¡El presidente Gustavo Petro prometió devolverle la dignidad y la salud a los colombianos y hoy avanzamos!”. El ministro destacó los beneficios de la iniciativa, que incluye un sistema de salud más accesible, equitativo y transparente. Además, se asegura la atención integral y la mejora en las condiciones laborales de los trabajadores del sector.
