Un grave hecho de inseguridad se presentó en la vía Panamericana, a la altura de Santander de Quilichao, cuando la diputada Orgeni Etelvina Viera Betancourt, del Pacto Histórico, fue secuestrada y asaltada por disidencias de las Farc. Este incidente ocurrió el pasado 24 de diciembre y evidencia los continuos riesgos que enfrentan líderes políticos y sociales en el departamento del Cauca.
El ataque tuvo lugar en el sector de Quinamayó, aprovechando un pare y siga debido a obras en la carretera. Según las primeras versiones, alrededor de las 2:00 p.m., hombres armados, vestidos de civil, abordaron a la diputada y a su esquema de seguridad asignado por la Unidad Nacional de Protección (UNP). Tras identificarse como integrantes del frente Dagoberto Ramos de las disidencias, los agresores amenazaron con armas largas y tomaron el control del vehículo oficial. Posteriormente, los disidentes trasladaron a la diputada y a sus dos escoltas a la vereda La Vetica y luego liberaron a las víctimas. Sin embargo, los atacantes se llevaron la camioneta y las armas de los guardaespaldas.
En redes sociales circula un video captado por testigos, donde se observa el momento en que los agresores interceptan el vehículo. En la grabación se escucha a personas alertando sobre los hombres armados, mientras se ve a los disidentes obligando a las víctimas a cambiar de lugar en la camioneta.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Colombia condenó enérgicamente este hecho y otro ataque ocurrido el mismo día contra Neider Escué Coicué, coordinador de guardias indígenas en Toribío. La ONU hizo un llamado urgente a las autoridades nacionales para investigar y sancionar a los responsables, al tiempo que instó a reforzar las medidas de protección para líderes sociales y políticos en el Cauca.
Contexto de violencia en la región
El departamento del Cauca sigue siendo una de las zonas más críticas en términos de seguridad. Los grupos armados ilegales atacan frecuentemente este corredor vial, fundamental para la economía del suroccidente colombiano, y ponen en riesgo a comunidades, líderes sociales y representantes políticos.
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Este caso se suma a una larga lista de episodios violentos que evidencian la necesidad de mayores esfuerzos por parte del Estado para garantizar la seguridad y la paz en esta región estratégica. De este modo, las investigaciones continúan para identificar a los responsables y devolver la tranquilidad a los habitantes del Cauca.