La violencia sigue afectando a distintas zonas del país, dejando a comunidades atrapadas en medio del conflicto. En el Valle del Cauca, especialmente en Buenaventura, se han registrado recientes disputas entre disidencias de las FARC y el ELN.
Al parecer, estos enfrentamientos son por el control de los ríos del Bajo Calima, una zona estratégica que conecta con el mar del pacífico colombiano.
Uno de los hechos más preocupantes es que cerca de 300 familias, que ya habían sido desplazadas por la violencia y que tras dos años en albergues retornaron a su territorio, vuelven a estar en peligro.
La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, expresó su preocupación por la situación que enfrenta esta región del Pacífico colombiano.
“La gente del Bajo Calima está confinada y está confinada por las actuaciones del ELN y la disputa que hay allí por el control territorial.” Señaló la mandataria.
Por otra parte, hizo un llamado al nuevo ministro de Defensa para que haga presencia en el departamento y trabaje en conjunto con las autoridades locales en la construcción de una estrategia efectiva de seguridad integral.
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La crisis de seguridad no solo afecta a las comunidades rurales del Bajo Calima, sino también al interior de Buenaventura, donde las bandas criminales los Shottas y los Espartanos continúan enfrentándose, aumentando la preocupación en la ciudad.