La grave crisis financiera que enfrentan las EPS en Valle del Cauca ha llevado al cierre de servicios médicos especializados, poniendo en peligro la vida de neonatos. La clínica de Palmira, uno de los centros de atención más importantes de la región, dejó de operar su Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para recién nacidos debido a una deuda millonaria con las EPS, afectando a cientos de familias.
Recientemente, la clínica de Palmira anunció el cierre de su UCI neonatal, un servicio esencial para la atención de bebés prematuros y aquellos que nacen con complicaciones graves. Esta medida ha afectado a muchas madres, como Valeria Mejía, quien dio a luz hace pocos días a su hija en este centro. Debido a su delicada condición de salud, trasladaron a la pequeña a una UCI pediátrica en un hospital de menor complejidad.
“Acá uno debe estar muy presente porque los especialistas que deben ver a mi hija vienen de la parte externa. No cuentan con ese servicio de especialistas de planta, mientras que en la clínica Palmira sí”, expresó Valeria Mejía, visiblemente afectada por la situación.
Una crisis que afecta a cientos de familias
El cierre de la UCI neonatal en Palmira no es un caso aislado, puesto que en varias ciudades del Valle del Cauca, se están registrando cierres similares en servicios de obstetricia y Unidades de Cuidados Intensivos pediátricas. Estos cierres están relacionados con la crisis financiera del sistema de salud en el departamento. Las EPS adeudan alrededor de 3.5 billones de pesos, lo que ha generado un colapso en la red hospitalaria.
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Las autoridades del Valle del Cauca se han visto obligadas a buscar soluciones urgentes para enfrentar esta crisis, ya que el cierre de servicios médicos especializados, especialmente en unidades vitales como la de neonatología, está poniendo en riesgo la vida de decenas de neonatos. De no tomarse medidas inmediatas, los efectos sobre la salud de los más vulnerables podrían ser irreversibles.
