Hoy 2 de mayo de 2025, un tribunal del Valle del Cauca emitió una de las condenas más severas por feminicidio en la historia judicial de Colombia. Brayan Campo Pillimue fue sentenciado a 700 meses de prisión 58 años y 3 meses por el asesinato y abuso sexual de Sofía Delgado, una niña de 12 años cuyo caso estremeció al país desde su desaparición en septiembre de 2024.
El fallo, que no fue apelado por ninguna de las partes, se convierte en una respuesta directa al clamor de una sociedad que exigía justicia sin dilaciones. La sentencia también incluyó una orden de perdón público a la familia de Sofía, en un acto simbólico que reconoce la magnitud del daño causado.
El crimen ocurrió en Villagorgona, corregimiento de Candelaria (Valle del Cauca), y generó una ola de indignación cuando se conoció que Campo, pese a tener antecedentes por delitos sexuales, se encontraba libre por vencimiento de términos. Esta circunstancia, sumada a la crueldad del crimen, activó una movilización social que no cesó durante seis meses, liderada por la madre de la menor, Leidy Zúñiga, quien se convirtió en símbolo de resistencia frente a la impunidad.
Justicia por el asesinato de Sofía Delgado
En medio del dolor, la familia de Sofía recibió la noticia de la condena como un alivio simbólico. El veredicto fue emitido un día antes del que habría sido el cumpleaños de la niña, lo que muchos interpretan como una forma de homenaje tardío a su memoria.
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Es por esto que la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, celebró la decisión judicial, afirmando que “se hizo justicia para Sofía”. A través de un comunicado, la mandataria subrayó la importancia de proteger a los menores de la violencia y calificó a los agresores como “monstruos que deben ser excluidos de la sociedad”.
Además de la presión social, la participación de la firma de abogados liderada por el exfiscal general Mario Iguarán Arana fue clave en el proceso judicial. Junto al abogado Miguel Ángel Morales, lograron consolidar un caso sólido que evitó la impunidad y garantizó una sentencia ejemplar.
Este fallo no solo representa un cierre judicial para un caso desgarrador, sino que también se perfila como un hito en la defensa de los derechos de los niños en Colombia. Aún con la condena, el caso de Sofía Delgado deja abierta la necesidad urgente de revisar los mecanismos de prevención, judicialización y seguimiento de agresores reincidentes, para que hechos como este no se repitan nunca más.