En medio de un clima de tensión y hechos violentos que sacudieron a algunos municipios del Valle del Cauca, miles de familias decidieron no quedarse en casa y salir a celebrar el Día del Padre. El resultado fue un repunte inesperado en la actividad gastronómica: el consumo aumentó un 19,7%, superando incluso el gasto registrado en el Día de la Madre.
Las cifras fueron reveladas por la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés), que analizó los datos de consumo con corte al lunes 16 de junio. Para su director ejecutivo, Brany Prado, el comportamiento de los vallecaucanos fue un mensaje claro de resistencia cultural.
“Mientras algunos pretendían sembrar el miedo, las familias decidieron llenar restaurantes, compartir con sus padres y disfrutar de la vida. Eso habla del temple de nuestra gente”, expresó el directivo.
Aunque Bogotá y Antioquia siguen liderando el consumo nacional en fechas especiales, el Valle se posicionó como el tercer mayor consumidor del país y el primero en la región Pacífico. Cali aportó el 23% del crecimiento, mientras otras localidades como Ginebra, Buga y el corregimiento de Rozo (Palmira) destacaron por su alta afluencia.
Los datos también dejan ver una recuperación progresiva del sector gastronómico, que genera más de 185.000 empleos formales en el departamento y representa una de las principales fuentes de ingresos para miles de hogares.
El balance es alentador, especialmente si se tiene en cuenta que el Día del Padre coincidió con hechos graves como el atentado al alcalde de Cartago, Juan David Piedrahíta, y otros actos violentos en todo el departamento, lo cual pudo haber mermado la confianza en el ambiente de seguridad.
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Sin embargo, la gastronomía volvió a demostrar su capacidad para unir, resistir y movilizar a las familias vallecaucanas en torno a la celebración. Una vez más, comer juntos fue un acto de esperanza.
