Una decisión motivada por el amor y la preocupación familiar terminó en tragedia. El joven Jean Carlos Celada había sido internado por sus parientes en un centro de rehabilitación recomendado, con la esperanza de que superara su adicción. Sin embargo, 50 días después, el joven fue encontrado muerto en circunstancias que hoy son materia de investigación penal.
La fundación “Cambia tu vida”, ubicada en el corregimiento Borrero Ayerbe de Dagua, notificó inicialmente que el joven había fallecido de forma natural. No obstante, los testimonios de la familia y de algunos internos del centro revelaron una historia muy distinta.
Según María Alexandra Tobón Bolaños, tía del joven, al llegar al lugar las autoridades encontraron inconsistencias en la escena. Fue el inspector de Policía quien, tras una inspección preliminar, descartó señales de muerte natural y sugirió un posible caso de asfixia.
La víctima compartía habitación con cuatro personas dos menores de edad y dos adultos, quienes presuntamente confesaron al terapeuta de turno haber asfixiado al joven mientras dormía. La Fiscalía ya habría iniciado las diligencias judiciales correspondientes para la captura y aprehensión de los implicados.
La fundación emitió un comunicado horas después, ajustando su versión inicial. En él describen que el cuerpo fue encontrado acostado boca abajo y sin signos vitales por un asistente del hogar. Aunque aseguran que no se evidenciaban lesiones externas, admiten que algunos elementos en la escena podrían ser clave para esclarecer lo ocurrido.
Casos similares en Cali el año anterior 2024
Este caso revive el debate sobre la supervisión y vigilancia de los centros de rehabilitación en Colombia. En junio del año pasado, otra tragedia similar estremeció a la ciudad de Cali, cuando 65 jóvenes fueron rescatados de un centro clandestino en condiciones infrahumanas. Allí falleció Jennifer Velasco Vargas, una joven que, según testimonios, habría sido sometida a torturas y castigos extremos antes de morir presuntamente por asfixia mecánica.
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La repetición de estos hechos en fundaciones que operan bajo la promesa de brindar ayuda a personas con problemas de adicción pone en evidencia la necesidad urgente de una regulación más estricta, así como de controles efectivos para evitar que estos espacios se conviertan en escenarios de abuso, negligencia y muerte.
Las autoridades siguen adelante con la investigación del caso de Jean Carlos, mientras su familia exige justicia y clama porque este hecho no quede impune.