La situación en los hospitales y centros de salud del Valle del Cauca se ha tornado crítica. Según cifras de la Secretaría de Salud departamental, solo en los primeros siete meses de 2025 se registraron 27 agresiones físicas y verbales contra médicos, enfermeros y trabajadores de la misión médica, especialmente en los municipios de Jamundí, La Unión y Riofrío.
El panorama se ve agravado por la sobrecarga de los servicios de urgencias, que en algunos casos supera el 300 % de su capacidad. Este escenario, sumado a las deudas millonarias que mantienen las EPS con los hospitales, ha generado tensiones entre pacientes, familiares y el personal asistencial.
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La Asociación de Hospitales Públicos del Valle advirtió que las salas de urgencias se han convertido en puntos de alta conflictividad, pues a diario se presentan reclamos y enfrentamientos, algunos protagonizados por personas en estado de embriaguez o bajo efectos de sustancias psicoactivas.
La Secretaría de Salud del Valle se pronunció frente a estas agresiones
La secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes, quien actualmente funge como gobernadora encargada, señaló que el problema va más allá de los recursos: “Estamos viviendo una época de irrespeto a la autoridad muy grande; quienes trabajamos en salud lo hacemos para garantizar la vida de los demás, y la sociedad debe entenderlo”.
Las autoridades recordaron que la misión médica está amparada por el Derecho Internacional Humanitario, lo que convierte las agresiones en un delito tipificado. Pese a que los casos se denuncian, Lesmes advirtió que la verdadera solución está en construir conciencia ciudadana y fortalecer la cultura del respeto.
En medio de largas jornadas, condiciones adversas y presión asistencial, el personal médico insiste en un mismo mensaje: la vida de los pacientes solo puede ser protegida si se protege primero a quienes dedican sus esfuerzos a salvarla.