Las cámaras trampa instaladas por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) captaron imágenes de especies como pumas, tigrillos, yaguarundíes, zorros, guaguas, armadillos e iguanas en zonas aledañas a Cali. Estos registros, obtenidos en pocos días, confirman que el departamento alberga una gran variedad de fauna silvestre aún en cercanía con los centros urbanos.
El hallazgo no solo demuestra la riqueza ecológica de la región, sino también la efectividad de las herramientas de monitoreo que permiten evidenciar la presencia de animales que, por su carácter sigiloso, suelen pasar desapercibidos. Cada fotografía se convierte en una prueba de que los bosques del Valle del Cauca todavía resguardan vida silvestre en abundancia.
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La Red Otus: una estrategia nacional de conservación
Estos resultados hacen parte de la Red Otus, la primera red nacional de monitoreo de fauna silvestre, que desde 2024 pasó de 397 a más de 1.300 cámaras en funcionamiento en todo el país. Con esta expansión, el Pacífico vallecaucano se consolidó como la región más vigilada y protegida de Colombia, gracias al esfuerzo conjunto de las corporaciones ambientales, el Instituto Humboldt y organizaciones internacionales.
Marco Antonio Suárez, director de la CVC, destacó que en el departamento se incrementó el número de cámaras de 40 a 240, lo que fortaleció los procesos de observación y protección de las especies. Según el funcionario, este crecimiento no solo facilita la detección de fauna, sino que también impulsa programas de educación ambiental en las comunidades que habitan cerca de los ecosistemas monitoreados.
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Hacia un futuro de mayor conservación y educación ambiental
La CVC aseguró que la información recolectada servirá para consolidar estrategias de conservación en los próximos cinco años, periodo en el que se espera que la Red Otus siga creciendo. La entidad recalcó que este sistema no solo beneficia a la investigación científica, sino que también crea conciencia ciudadana sobre la importancia de convivir de manera armónica con la biodiversidad.
Además, el monitoreo constante permite visibilizar a los animales como aliados en la salud de los ecosistemas, lo que ayuda a generar apoyo social para su preservación. El Valle del Cauca se proyecta así como un territorio pionero en vigilancia ambiental, donde la tecnología se convierte en un puente entre la ciencia, las comunidades y la naturaleza.