La violencia armada continúa golpeando la agroindustria de la caña de azúcar en el suroccidente del país. En la mañana de este sábado 8 de noviembre de 2025, un trabajador del sector fue asesinado por hombres armados mientras realizaba labores de cosecha en la zona rural del municipio de Padilla, en el norte del Cauca.
El hecho fue confirmado y denunciado por Asocaña (Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia) en un comunicado emitido este lunes 10 de noviembre. El trabajador, cuya identidad no fue revelada de inmediato, fue atacado y posteriormente trasladado a un centro asistencial en Puerto Tejada, donde lamentablemente falleció.
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Una oleada de violencia sostenida
Este caso no es un hecho aislado. La denuncia de Asocaña subraya la grave escalada de violencia que enfrentan los trabajadores del campo en esta región. Con este homicidio, ya son cinco trabajadores asesinados en el sector durante lo que va de 2025: tres de ellos en el departamento del Cauca y dos en el Valle del Cauca.
Adicionalmente, el gremio reporta que siete trabajadores han resultado heridos en distintos hechos violentos que afectan las labores de cosecha y la seguridad de las comunidades rurales aledañas a los cultivos.
La situación de inseguridad en la región se ha convertido en una constante. De acuerdo con informes del sector, en los últimos tres años se han registrado cerca de 28 ataques directos contra la infraestructura, equipos y, lamentablemente, contra el personal que labora en la agroindustria. Estos ataques suelen estar ligados a la acción de grupos armados ilegales o conflictos por tierras en la zona.
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El clamor por intervención estatal
Asocaña fue enfática en su comunicado al dirigir un llamado urgente al Gobierno Nacional y a las autoridades competentes. La asociación exige que se refuercen las medidas de seguridad en la región para garantizar la vida y la integridad de los trabajadores y las comunidades.
“Reiteramos el llamado al Gobierno Nacional y a las autoridades competentes para que se refuercen las medidas de seguridad en esta región, donde los trabajadores del campo y las comunidades rurales continúan siendo víctimas de la violencia armada,” señala el comunicado, destacando que los trabajadores del sector son víctimas de ataques directos por parte de estructuras que buscan desestabilizar la actividad económica.
La continuidad de estos ataques no solo tiene un profundo impacto humanitario y social, sino que también amenaza la estabilidad de una de las cadenas productivas más importantes del suroccidente colombiano, que es fuente de empleo y desarrollo para miles de familias en el Valle y Cauca.