Luego de que la Contraloría de Cali realizara una auditoría a 120 de los más de 700 comedores que hay en la ciudad, se encienden la alerta y preocupación por el mal manejo en el manejo de los alimentos.
El contralor de la ciudad, Pedro Antonio Ordóñez, indicó que “hoy se prende las alarmas porque se tiene que hacer un examen riguroso de todos los comedores comunitarios”.
Además, se evidencio que muchos de los comedores no contaban con las condiciones necesarias para el almacenamiento y la refrigeración de los alimentos y por tanto, mucho de estos podrían estar en mal estado.
Después de la notificación por parte de la Contraloría, María Fernanda Penilla, secretaria de Bienestar Social, aseguró que “En las tres semanas que llevan haciendo auditoría todo ha sido verificado. Los comentarios es que todo va bien”, defendiendo su labor.
En relación con la reclamación con los cobros, Penilla afirma que “el programa siempre ha operado con cuota de responsabilidad. El que va paga lo que puede pagar y si no tiene, no paga. Los comedores nos cuestan alrededor de 4.000 millones de pesos mensuales y llegamos a 85-89.000 personas de forma diaria”.
En conclusión, la Contraloría sostiene que, una vez termine la auditoría, se emitirá un concepto sobre el manejo de los procesos de implementación y administración del programa en mención, al igual que el correcto uso del recurso público.