El ruido excesivo, un problema constante en las grandes ciudades, se ha convertido en un foco de intervención para las autoridades de Cali. Con el objetivo de garantizar una convivencia armónica durante la temporada de fin de año, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) ha intensificado su plan de control acústico. Esta estrategia, liderada por el grupo de Calidad Acústica, busca reducir el impacto del ruido en la comunidad y promover entornos más saludables.
En tan solo dos semanas de implementación, 127 establecimientos comerciales han sido visitados, arrojando resultados significativos: 45 de ellos fueron citados a un curso de educación ambiental, y se incautaron seis parlantes que superaban los niveles permitidos de presión sonora. Estas medidas forman parte de esta nueva estrategia que incluye inspecciones, capacitaciones y un estricto seguimiento a los infractores.
En ese sentido, el Dagma ha priorizado las intervenciones en puntos específicos de la ciudad, tomando en cuenta las denuncias realizadas por los ciudadanos. Además, se han concentrado en zonas de interés especial, como el centro de Cali, El Vallado, Ciudad Córdoba, Ciudad Jardín, Potrero Grande, Calimio y Siloé.
“El objetivo de estas acciones es asegurar que los comerciantes puedan desarrollar su actividad de manera legal, sin afectar a la comunidad, y que todos los ciudadanos puedan disfrutar en su hogar de un ambiente tranquilo y saludable”, comentó Wilmar Álvarez, líder del grupo de Calidad Acústica del Dagma.
Educación y medidas preventivas
Uno de los pilares de esta estrategia es la sensibilización. Los cursos de educación ambiental, a los que deben asistir los comerciantes citados, no solo son un requisito para levantar medidas preventivas, sino también una herramienta para fomentar buenas prácticas en el manejo del ruido. Estos espacios buscan que los infractores comprendan el impacto de sus acciones y adopten medidas que minimicen las molestias a la comunidad.
La última jornada de capacitación del año está programada para el próximo 3 de diciembre. “Es fundamental que todos los involucrados comprendan que la música o los equipos de sonido no pueden estar por encima del derecho de las personas a un ambiente tranquilo”, enfatizó Álvarez.
En los próximos días, el grupo de inspección, vigilancia y control (IVC), junto al Laboratorio Ambiental, realizará mediciones de presión sonora en establecimientos ya visitados. Estas jornadas serán clave para identificar negocios que, a pesar de las advertencias, continúan afectando a sus vecinos.
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Finalmente, la entidad hace un llamado a comerciantes, ciudadanos y autoridades para trabajar juntos en la construcción de una Cali más tranquila. El ruido no es solo una molestia; también es un problema de salud pública que afecta la calidad de vida de quienes lo padecen.