La crisis en el programa Jóvenes en Paz ha alcanzado un punto crítico. La organización encargada de proveer la alimentación a los beneficiarios anunció la suspensión indefinida del servicio debido a un grave incumplimiento en los pagos por parte de la Unión Temporal Territorio y Paz. La falta de recursos ha hecho insostenible la operación de los comedores comunitarios, dejando en incertidumbre a cientos de jóvenes que dependen de estos alimentos.
Desde noviembre, los proveedores de alimentación han cumplido con la entrega de comidas nutritivas para los beneficiarios del programa. Sin embargo, denuncian que llevan más de dos meses sin recibir pago, lo que ha generado un impacto económico severo no solo para ellos, sino también para sus familias y trabajadores.
El descontento no solo se centra en la deuda acumulada, sino en la falta de respuestas concretas. Los responsables del suministro de alimentos aseguran haber sido flexibles ante las dificultades de pago, pero no han recibido una solución clara. Esta situación no solo afecta a los proveedores, sino que también pone en riesgo la credibilidad de los programas sociales del Gobierno del Cambio.
Decisión drástica ante la falta de soluciones
La falta de garantías llevó a los proveedores a tomar una determinación difícil: suspender el servicio de alimentación de manera indefinida. Además, rechazan cualquier intento de reemplazo por considerar que la solución debe ser justa y transparente.
“Este programa representa una oportunidad para la juventud popular, pero sin el respaldo necesario, su impacto se ve comprometido”, expresaron los operadores de los comedores comunitarios. También hicieron un llamado urgente a las autoridades para que intervengan y aseguren el pago inmediato de la deuda.
Los afectados exigen no solo el pago de lo adeudado, sino también la implementación de mecanismos que eviten futuras irregularidades en la gestión del programa. Consideran que esta crisis podría deteriorar la confianza en las iniciativas sociales del gobierno, afectando a quienes más las necesitan.
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Por ahora, la suspensión de los comedores comunitarios deja a cientos de jóvenes sin una fuente de alimentación segura, mientras las autoridades aún no ofrecen una respuesta clara para resolver la situación.