La seguridad en Cali vuelve a estar en el ojo del huracán. En lo que va del año, la ciudad ha registrado un repunte alarmante de homicidios, lo que genera inquietud entre sus habitantes y autoridades. Entre el 1 de enero y el 25 de marzo se han reportado 228 asesinatos, lo que representa un incremento del 19% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando la cifra se ubicaba en 191 casos.
Durante los primeros meses de 2025, las estadísticas han evidenciado una tendencia creciente en los homicidios. Solo en enero se reportaron 90 muertes violentas, seguido de febrero con 74 casos. La situación ha encendido las alarmas en organismos como la Personería y el Observatorio de Seguridad de Cali, que advierten sobre la gravedad del panorama.
Las causas detrás de este aumento son diversas y complejas. Según expertos en seguridad, uno de los factores determinantes es la lucha territorial entre bandas criminales que buscan controlar el microtráfico en la ciudad. Cali, debido a su ubicación estratégica como corredor hacia el Pacífico, se ha convertido en un punto clave para economías ilegales, lo que agrava la problemática.
Aunque la violencia afecta a toda la ciudad, hay sectores donde la crisis es más pronunciada. Las comunas 15 y 21 han sido identificadas como los puntos más críticos en materia de homicidios. Allí, los enfrentamientos entre estructuras criminales han generado un clima de miedo entre los residentes. En estas zonas, el reclutamiento forzado de jóvenes por parte de bandas organizadas es una amenaza latente, pues muchos adolescentes terminan siendo utilizados para actividades ilícitas sin mayores oportunidades de salir de ese círculo.
¿Qué dicen las autoridades?
Frente a este panorama, el personero de Cali, Gerardo Mendoza Castrillón, ha insistido en la necesidad de una intervención integral. “No se trata solo de aumentar la presencia de la fuerza pública. Necesitamos un trabajo coordinado entre las instituciones, el liderazgo comunitario y la ciudadanía”, señaló.
Mendoza también hizo un llamado a la corresponsabilidad ciudadana. Según él, la comunidad juega un papel clave en la construcción de soluciones duraderas. “No se puede exigir seguridad mientras se rechazan los controles policiales. Es un trabajo conjunto donde la prevención es clave para frenar la violencia”, afirmó.
Desde la Alcaldía, la Secretaría de Seguridad ha anunciado que se reforzarán las estrategias para reducir los índices de homicidios. Sin embargo, persisten los cuestionamientos sobre la efectividad de estas medidas, ya que en años anteriores los planes de choque no han logrado frenar la escalada de violencia.
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En ese sentido, el aumento de homicidios en Cali no es un problema aislado ni de fácil solución. La combinación de disputas criminales, economías ilegales y falta de oportunidades para los jóvenes sigue alimentando una espiral de violencia difícil de contener. Los habitantes de las comunas más afectadas exigen respuestas claras y acciones contundentes que permitan devolver la tranquilidad a la ciudad.
Mientras tanto, la cifra de homicidios sigue en aumento y la incertidumbre se apodera de muchos caleños, quienes se preguntan hasta cuándo seguirá esta crisis de inseguridad sin una solución definitiva.