Cali atraviesa un preocupante repunte de violencia homicida, especialmente entre jóvenes, según lo revelan cifras oficiales correspondientes al primer trimestre de 2025. Las comunas 14, 15 y 18 zonas de alta densidad poblacional y vulnerabilidad social lideran las estadísticas con un aumento del 18 % en el número de asesinatos respecto al mismo periodo del año anterior.
El comandante encargado de la Policía Metropolitana, coronel Germán Alfonso Manrique, expuso ante el Concejo Municipal que la capital vallecaucana reportó 254 homicidios hasta el 6 de abril, lo que representa 43 casos más que en 2024. Aunque en abril la tendencia muestra señales de estabilización, el impacto ya está hecho: los jóvenes son las principales víctimas, en su mayoría hombres entre los 18 y 29 años, asesinados en contextos marcados por venganzas, intolerancia y conflicto urbano.
Barrios como Mojica, Los Comuneros I, José Manuel Marroquín II y El Vallado concentran los mayores registros de homicidios. Solo en la Comuna 15 se han presentado 28 asesinatos, cifra igualada por la Comuna 18, en la ladera sur de la ciudad. En la Comuna 14 se han contabilizado 23 muertes violentas. Estos sectores han sido priorizados por las autoridades con operativos del plan Sultana, que busca contener la violencia mediante presencia policial focalizada.
79% de los asesinatos en Cali se cometen con armas de fuego
Aunque los hurtos han disminuido un 5 %, el homicidio continúa siendo el delito que más golpea a la ciudadanía. El 79 % de los asesinatos se cometen con armas de fuego y el 14,5 % con armas blancas. La situación es especialmente crítica entre menores de edad: 13 adolescentes entre 12 y 17 años han sido asesinados en lo que va del año, y nueve víctimas más eran jóvenes recién cumplidos los 18.
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Organizaciones sociales, así como concejales han exigido un plan de acción urgente enfocado en la juventud. Proponen desde estrategias de prevención en territorios críticos hasta ajustes presupuestales para fortalecer la operatividad de la Secretaría de Seguridad y Justicia.
A pesar de que algunas cifras muestran mejoras puntuales en ciertos delitos, el panorama general exige decisiones inmediatas. La administración distrital tiene ante sí el desafío de consolidar una política de seguridad que no solo controle el crimen, sino que ofrezca alternativas reales de vida digna para los jóvenes de las comunas más afectadas.