Andrés Calamaro rompió el silencio tras la controversia generada en su concierto en Cali. Luego de recibir una oleada de críticas por interrumpir su show con una protesta a favor de la tauromaquia, el músico argentino usó sus redes sociales para defender su postura y lanzar fuertes declaraciones contra animalistas y asistentes que cuestionaron su actitud. “En manada se atreven a todo, pero en persona no tienen dignidad para decirme nada”, escribió tajantemente, dejando claro que no se arrepiente de lo ocurrido.
En su publicación, Calamaro justificó su reacción asegurando que no abandonó el escenario durante su concierto en Cali de forma repentina, como se sugirió. Según él, el espectáculo concluyó tras dos minutos de pasaje instrumental, una parte prevista del show. Además, insistió en que su gesto no fue un desplante, sino una manifestación coherente con sus ideas. “No soy torero ni asesino, pero como animales a diario”, afirmó, en un tono desafiante que alimentó aún más el debate.
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Argumentos en defensa de la tauromaquia y crítica a la corrección política
El artista argentino no solo respondió a las críticas, también aprovechó para reafirmar su defensa de la tauromaquia. Comparó las plazas de toros con las bibliotecas, afirmando que ambas deberían mantenerse abiertas como espacios culturales. Calamaro argumentó que la prohibición de las corridas en ciudades como Cali no responde a una ética colectiva, sino a una estrategia política: “Se trata de movidas para sumar mayorías, no de convicciones reales”.
Además, atacó directamente a los movimientos animalistas. Los tildó de intolerantes y extremistas, asegurando que su único argumento es el insulto. “Los animalistas no saben hacer otra cosa que desear consecuencias sangrientas para quienes piensan diferente”, escribió. Esta postura fue interpretada por muchos como una provocación, mientras que otros lo respaldaron por su autenticidad y su negativa a ceder ante la presión social.
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El momento en Cali que encendió la polémica
La noche del 17 de mayo, Calamaro se presentó en la Arena Cañaveralejo en Cali. Durante la interpretación de Flaca, uno de sus temas más reconocidos, el cantante detuvo repentinamente la canción. Sin dar mayor explicación, tiró su chaqueta y el micrófono al suelo y exclamó: “Están cancelados, hasta nunca”, en rechazo a la prohibición de las corridas de toros en la ciudad. El gesto sorprendió al público, que inicialmente no comprendía si se trataba de parte del espectáculo o de una protesta real.
La escena se volvió viral en redes sociales, donde cientos de personas lo acusaron de irrespetuoso y egocéntrico. Otros, sin embargo, destacaron su coherencia con respecto a su ideología taurina. El episodio abrió nuevamente el debate sobre el rol de los artistas como figuras políticas y la responsabilidad que tienen cuando usan escenarios públicos para expresar posturas personales, especialmente cuando estas chocan con políticas locales de protección animal.