En las calles de Cali, las quejas por la escasez de empleo son constantes. “Estoy desempleado desde diciembre, apenas consigo trabajos esporádicos de dos días”, cuenta un ciudadano a CW+. Otra habitante resume la situación con crudeza: “Hay mucho desempleo. La mayoría de la gente está con hambre, necesitamos trabajo, sobre todo para los jóvenes y también para los adultos”. Estas voces reflejan la brecha entre la percepción ciudadana y los indicadores oficiales.
Según el DANE, Cali registró para el trimestre mayo-julio de 2025 una tasa de desempleo de 7,8 %, la más baja en 19 años. La ciudad completó seis trimestres consecutivos de reducción en este indicador, mientras que el desempleo juvenil cayó a 13,5 %, también un mínimo histórico. En el mismo periodo se generaron 27.300 empleos netos, con un repunte en sectores como administración pública, educación, salud humana y comercio. Además, la informalidad descendió a 46,1 %, con señales de fortalecimiento del emprendimiento local: más de 12.000 empleos provinieron de nuevos empleadores.
Entre el optimismo de las cifras y el desafío de cumplir la meta
Pese a estos logros, el contraste con la promesa de campaña es evidente. La Alcaldía proyectó 100.000 nuevos empleos durante el gobierno, pero a la fecha apenas se registran avances parciales. El reto es demostrar cuántos de los puestos creados corresponden a programas municipales y cuántos responden a la dinámica económica general.
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El economista Hugo Ruano hablando con CW+Noticias advierte que aún preocupa la calidad del empleo: “Buena parte de la reducción del desempleo proviene de sectores informales como restaurantes y hotelería. Los avances son importantes, pero hay que ver qué tipo de empleo se está creando y cuánto de la población ha dejado de buscar trabajo”.
En comparación con otras ciudades, Cali ocupa el tercer lugar en menor desempleo a nivel nacional, detrás de Medellín (7,3 %) y Villavicencio (7,7 %). No obstante, la Secretaría de Desarrollo Económico insiste en que la reducción de la informalidad y el aumento de emprendimientos son señales de una recuperación estructural.
El desafío ahora es trazar un plan claro con metas trimestrales y metodologías verificables que permitan cumplir la promesa de 100.000 empleos. Mientras tanto, la percepción ciudadana sigue marcando la diferencia entre las cifras oficiales y la realidad del día a día en los hogares caleños.