La intersección de la Calle 16 con Carrera 80, en el sur de Cali, se ha convertido en un punto crítico de movilidad. Allí los semáforos no funcionan desde hace más de dos meses, lo que obliga a los conductores a maniobrar bajo su propio criterio. El problema es aún más preocupante porque este cruce hacía parte del proyecto de semaforización inteligente, un contrato que quedó inconcluso y sin responsables claros.
La ausencia de regulación electrónica ha generado constantes congestiones y riesgos de accidentes. Durante el día, agentes de tránsito llegan para mitigar la situación, pero su presencia resulta insuficiente frente al alto flujo vehicular que circula en la zona. La falta de soluciones definitivas mantiene a la ciudadanía en alerta y con crecientes reclamos hacia las autoridades.
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La ciudadanía pide respuestas
Los habitantes y conductores que transitan por este sector aseguran que la improvisación no puede seguir siendo la salida al problema. Aunque la presencia de uniformados ayuda a mantener cierto orden, los transeúntes insisten en que la Secretaría de Movilidad debe implementar una solución estructural que garantice seguridad vial.
El malestar también crece entre los comerciantes y residentes de la zona, quienes afirman que el tráfico lento y desordenado afecta la actividad económica y la calidad de vida. Ante la falta de respuestas concretas, la comunidad exige una intervención urgente que permita restablecer la normalidad en uno de los cruces más importantes del sur de la ciudad.
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La Secretaría de Movilidad en la mira
El contrato de semaforización inteligente, que prometía modernizar la movilidad en Cali, no se ejecutó en su totalidad. Esta situación ha dejado vacíos administrativos y técnicos que hoy repercuten directamente en la ciudadanía. La intersección de la Calle 16 con Carrera 80 se convirtió en un ejemplo evidente de los efectos de esa falta de cumplimiento.
Mientras tanto, los caleños reclaman mayor responsabilidad institucional. La presión de la comunidad ha llevado a que este punto se convierta en símbolo del descontento ciudadano frente a los retrasos y fallas en la gestión pública. Lo que en un inicio se proyectó como un avance tecnológico para la movilidad, hoy refleja un desafío pendiente que requiere soluciones inmediatas.