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Saquean edificio de Pacho Herrera bajo custodia de la SAE en Cali

Vecinos y comerciantes del barrio El Gran Limonar denuncian el deterioro del antiguo edificio Arábico.

Lo que alguna vez fue un símbolo de lujo en Cali, hoy se ha convertido en un escenario de caos e inseguridad. El edificio Arábico, ubicado en la Calle 5 con Carrera 66 y que perteneció al exjefe del cartel de Cali, Hélmer “Pacho Herrera”, enfrenta un saqueo sistemático pese a estar bajo la custodia de la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

Los residentes aseguran que desde hace meses las madrugadas se han transformado en un tormento. “A cualquier hora uno puede pasar por aquí y empezar a ver cómo caen los vidrios de las ventanas”, relató una transeúnte a El País. El estrépito de martillazos, vidrios rotos y herramientas contra muros ha generado una zozobra constante en el sector.

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Los invasores han despojado la edificación de puertas, ventanas, cables eléctricos, marcos de aluminio, motores, ascensores, campanas de cocina, sanitarios y hasta motobombas. Según vecinos, incluso las paredes y techos han sido perforados en busca de supuestas caletas que habría dejado el capo asesinado hace casi tres décadas en Palmira.

¿Qué dice la SAE frente al saqueo del edificio y a la ola de inseguridad que provoca?

El drama también golpea a los comerciantes que trabajan en los tres locales del primer piso, quienes siguen pagando arriendo a la SAE pese a la inseguridad. “Nos han robado los cables de energía y la administración no responde. Hemos tenido que arreglar por cuenta propia el servicio de agua y electricidad”, denunció uno de los arrendatarios, temeroso de que un día los saqueadores abran un boquete hacia los almacenes.

Frente a las críticas, la SAE reconoció dificultades en el manejo del inmueble. Felipe Tascón, director territorial de la entidad, señaló que el edificio presenta una falla estructural que lo hace inviable para cualquier uso comercial. “La única salida es venderlo como lote para su demolición. No tiene condiciones para ser habitado”, le afirmó a El País.

Entretanto, la Policía asegura haber realizado capturas e impuesto comparendos por el hurto de materiales, pero admite que la situación supera sus capacidades. Así, el edificio Arábico, que alguna vez ostentó el esplendor del narcotráfico, hoy se levanta como un símbolo de abandono institucional y descomposición urbana en la capital del Valle.