El agua que llega a las viviendas de Cali recorre un proceso riguroso antes de abrirse la llave. Emcali opera cinco plantas de tratamiento, entre ellas la del río Cali, que abastece parte del suministro para los 2,3 millones de habitantes de la ciudad. Todo inicia con la captación en las partes altas de los afluentes, donde se recolecta el recurso que posteriormente atraviesa un estricto proceso de potabilización.
“Nosotros captamos el agua, hacemos un proceso interno de potabilización. Cada planta tiene un laboratorio donde antes de salir de planta se hace la revisión,se toman las muestras, las pruebas. Nosotros debemos de salir con unos parámetros de pH, en cloro, turbiedad, temperatura y de planta no salimos si no hay 100% de calidad de agua potable”, mencionó Lucierne Obonaga, Subgerente de Agua Potable Emcali para CW+ Noticias.
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Resiliencia frente a la sequía
Durante la reciente temporada de calor, que se extendió por más de tres meses, Emcali implementó medidas técnicas y operativas para mantener la continuidad del servicio. Pese a la escasez de lluvias, el suministro no se vio interrumpido, gracias a la diversificación de fuentes y a la interconexión de las redes de distribución.
Las plantas de La Reforma, La Rivera y Río Cali conforman la red alta, mientras que Puerto Mallarino y Río Cauca integran la red baja. Este último afluente ha representado una ventaja estratégica, pues en épocas de sequía mantiene un caudal constante. Con él se garantiza cerca del 70% del suministro en la ciudad, mientras que el restante 30% proviene de las otras cuatro plantas.
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Un llamado al consumo responsable
Aunque la infraestructura asegura la distribución del agua en condiciones extremas, las autoridades locales insisten en la importancia del ahorro. Desde Emcali se ha alertado sobre la disparidad en el consumo: mientras en barrios normalizados el promedio es de 14 metros cúbicos al mes, en asentamientos informales esa cifra asciende a 65 metros cúbicos.
Este desequilibrio refleja la urgencia de generar conciencia ciudadana sobre el cuidado del recurso hídrico. Más allá de las inversiones técnicas, la sostenibilidad depende del compromiso colectivo. Evitar el desperdicio, reparar fugas y adoptar hábitos de uso racional son acciones clave para garantizar que Cali cuente con agua suficiente en cualquier temporada.