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Esperar un órgano en el Valle del Cauca: la realidad de miles de pacientes

La donación de órganos salva vidas. En el departamento, miles de pacientes esperan su oportunidad.

En el Valle del Cauca, más de 4.300 personas esperan un órgano para seguir viviendo. Según Melissa Ortiz López, médica inmunóloga y coordinadora de la unidad de trasplantes del HUV, cerca del 85 % de estos pacientes necesita un riñón.

Solo entre enero y principios de octubre de este año, alrededor de 300 pacientes recibieron un trasplante en Colombia. La realidad evidencia que aún falta mucho por hacer para aumentar la conciencia sobre la donación de órganos.

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Ortiz López explica que los órganos más requeridos en la región son riñón, hígado, pulmón, corazón y, en menor frecuencia, páncreas e intestino. Señala que los principales obstáculos para que las personas decidan ser donantes son los miedos infundados sobre la religión, la integridad del cuerpo y rumores sobre tráfico de órganos.

“La información errónea circula rápido, pero los profesionales estamos para aclarar dudas y guiar a las familias en una decisión informada”, manifestó la especialista en dialogo con CW+.

Una carrera que inspira conciencia

Para promover la donación, el Hospital Universitario del Valle organiza la carrera 5K “Renacer”, que recorrerá las calles de Cali partiendo de la Universidad del Valle.

Irene Torres Castro, gerente del hospital, asegura que el objetivo no es solo conmemorar a los trasplantados, sino motivar a la comunidad a asumir un acto de solidaridad que puede salvar muchas vidas. La inscripción es gratuita y abierta a todo el público.

Historias de vida

La carrera también conecta a quienes han vivido la experiencia del trasplante. Germán Darío Penilla Garcés, trasplantado de riñón hace diez años, cuenta que tras recibir el órgano comenzó a practicar running y triatlón, dedicando cada logro al donante que le devolvió la vida. “Correr es mi manera de honrar a quien me permitió seguir adelante”, afirma.

Luis Alberto Gaitán de Armas, trasplantado de pulmón, tardó ocho años en recibir su órgano. Explica que recuperar la respiración fue un renacer: antes de su trasplante caminar cien metros le parecía imposible, ahora corre 5K y participa en eventos deportivos para incentivar la donación de órganos.

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Constanza Joana Pejarano Rosero, trasplantada de riñón hace tres meses, vivió seis años en diálisis y enfrentó largos periodos de hospitalización. “Mi hijo pequeño fue mi motor. Aprendí a mantener la fe, confiar en los médicos y seguir adelante. Ahora promuevo la donación para que otros tengan esta oportunidad”, relata.

Estas historias muestran que la donación de órganos salva vidas y transforma familias. Como señala Ortiz López, decidir ser donante y comunicarlo a la familia es un acto de amor que puede cambiar el destino de quienes esperan un trasplante en el Valle del Cauca y en Colombia.