‘Monstruo de los Cañaduzales’ muere en atentado contra vehículo del Inpec en el Cauca

Manuel Octavio Bermúdez, conocido como ‘El Monstruo de los Cañaduzales’ y condenado por abusar y asesinar a 21 niños, murió tras un ataque armado contra un vehículo del Inpec en la vía Panamericana, a la altura de Caldono, Cauca. El atentado dejó también dos guardias y otro preso muertos, además de varios heridos.

El 18 de octubre de 2024, Manuel Octavio Bermúdez, conocido como ‘El Monstruo de los Cañaduzales’, falleció en un violento ataque armado contra un vehículo del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en la vía Panamericana, a la altura de Caldono, Cauca. El atentado se perpetró con armas de largo alcance y dejó cuatro muertos, entre ellos dos guardias del Inpec, un preso sin identificar y el mismo Bermúdez.

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El vehículo del Inpec se desplazaba desde la cárcel de Popayán hacia Cali con cuatro reclusos a bordo cuando fue interceptado por los atacantes. En el lugar murieron Óscar Darío Bravo Pasuy e Ichel Carlosama Pechene, dos funcionarios de la entidad penitenciaria, mientras que tres de sus compañeros resultaron gravemente heridos y fueron trasladados a centros asistenciales cercanos.

La vida y los crímenes de Octavio Bermúdez

Manuel Octavio Bermúdez fue capturado en 2003 y condenado a 25 años de prisión por abusar y asesinar a 21 menores de edad en el Valle del Cauca. Su modus operandi era ganarse la confianza de niños de escasos recursos ofreciéndoles trabajo en cañaduzales, para luego someterlos a terribles abusos y asesinarlos.

Uno de los casos más recordados fue el de Andrés Felipe Serna, un niño de 12 años que desapareció el 8 de marzo de 1999 en Palmira, Valle del Cauca. Andrés salió de su casa para ir al trabajo de su padre, pero nunca llegó. Posteriormente, su cuerpo fue hallado enterrado en un cañaduzal, identificado gracias a las prendas que llevaba el día de su desaparición.

Monstruo de los Cañaduzales

Bermúdez fue finalmente capturado después de que uno de sus intentos de abuso fallara: un menor logró escapar y dio a las autoridades la información necesaria para detenerlo. Durante su juicio, el criminal relató sin remordimiento cómo engañaba a los niños para atraerlos: “Les ofrecía $15.000 por recoger espigas de caña”, declaró.

El atentado que cerró una historia de terror

Desde su captura, Bermúdez cumplía su condena en la prisión de La Tramacúa, en Valledupar, una cárcel de alta seguridad. Su traslado en el vehículo del Inpec terminó abruptamente con el ataque en Caldono.

El atentado no solo cobró la vida del infame abusador, sino que también dejó un vacío de seguridad sobre el control del orden público en la región. Por ello, las autoridades han desplegado operativos para dar con los responsables del ataque.

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