El presidente Gustavo Petro ha reafirmado su firme postura en contra de la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas en Colombia. Aduciendo preocupaciones ambientales y sociales que podrían comprometer el futuro del país. Durante su intervención en la clausura de la Conferencia Interamericana de Ministras y Ministros del Trabajo de la OEA, el mandatario expresó: “No quiero firmar contratos que, dentro de 10 o 15 años, expongan a nuestros hijos y nietos a la muerte total de la especie humana”. Esta declaración ha suscitado reacciones diversas en un país donde la economía depende significativamente de la industria de hidrocarburos.
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La reiteración de Petro se produce en un contexto de creciente movilización social. Donde campesinos y mineros han salido a las calles para protestar contra las medidas gubernamentales que buscan establecer nuevas áreas de protección ambiental. Estas restricciones no solo limitan las actividades económicas en las regiones afectadas. Por lo que también han desencadenado bloqueos en departamentos clave como Antioquia, Boyacá y Santander. Interrumpiendo el suministro de alimentos y generando tensiones entre el Gobierno y los sectores en paro.
El ministro del Interior hizo un llamado al diálogo
Los manifestantes, en su mayoría trabajadores del sector minero, han expresado su descontento con las nuevas regulaciones, argumentando que amenazan sus medios de vida y pidiendo garantías laborales. En respuesta, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ha hecho un llamado al diálogo, instando a los manifestantes a evitar acciones de hecho. Enfatizando que el Gobierno está evaluando alternativas para proteger los derechos laborales de los mineros.
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Simultáneamente, el Ministerio de Minas y Energía ha emitido un borrador que contempla un racionamiento temporal de gas natural, debido a trabajos de mantenimiento en la planta de regasificación Spec LNG, la única de su tipo en el país. Esta situación ha generado alarma, ya que se espera que dure cinco días y afecte la capacidad de generación térmica, especialmente en la región Caribe. Según Sandra Fonseca, directora de Asoenergía, esta situación podría resultar en un aumento de los costos de energía y afectar la competitividad industrial del país.
La combinación de la negativa a nuevos contratos de exploración y el racionamiento de gas ha puesto de relieve las vulnerabilidades del sistema energético de Colombia. Generando incertidumbre en un momento crítico para el país.