Este jueves 7 de noviembre, en un evento internacional sobre la lucha contra la violencia hacia la niñez, las declaraciones del presidente Gustavo Petro sorprendieron a los asistentes. El mandatario colombiano expresó su apoyo a la postura de permitir la producción y consumo de cocaína. Una postura que se aleja de las políticas globales que defienden su prohibición.
Petro generó controversia al comparar la cocaína con el whisky, afirmando que ambas son igualmente dañinas. “La cocaína es tan ‘porquería’ como el whisky”, dijo el presidente, refiriéndose a la hipocresía que, según él, existe en los países que prohíben estas sustancias pero, al mismo tiempo, las consumen. Esta declaración, que fue rápidamente rechazada por muchos sectores, refleja una postura muy diferente a la defendida por la comunidad internacional, incluida la ONU, que recientemente alertó sobre el aumento de la producción de cocaína en Colombia.
El presidente también abordó la contradicción que observa en las políticas internacionales sobre drogas. “El poder en el caso colombiano por prohibir una droga hipócritamente. Los que prohíben consumen cocaína, ¿o no?. Y nos prohíben aquí la producción y nos matan los niños y las niñas porque no tienen más que hacer, porque es muy rentable que produzcan eso. Hipocresía”, expresó Petro., afirmó Petro.
En un tono firme, el presidente denunció lo que consideró una doble moral de los países que critican a Colombia, mientras ignoran las consecuencias sociales de la guerra contra las drogas, especialmente en los barrios populares.
La guerra contra las drogas
Petro no dudó en vincular la creciente violencia y el narcotráfico con la falta de inversión en programas preventivos. En su intervención, hizo hincapié en cómo, en lugar de enfocar recursos en la educación y la prevención, se destinan a bombardear zonas productoras de droga, lo que, a su juicio, solo genera más muertes y sufrimiento, especialmente entre los más jóvenes. “La guerra contra las drogas nos ha dejado millones de muertos y encarcelados, y ha creado un ciclo de violencia sin fin. Los niños se ven atrapados en este sistema donde los mafiosos se encargan de llevarlos al consumo”, señaló Petro.
Además, advirtió que la violencia generada por las políticas antidrogas ha desbordado las fronteras de Colombia y afecta a toda América Latina, destacando el riesgo que corre la niñez en muchos países de la región.
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El presidente colombiano cerró su discurso instando a una reflexión profunda sobre las políticas internacionales de drogas. Para Petro, los esfuerzos por erradicar el narcotráfico deben centrarse en políticas que garanticen el bienestar de los niños y niñas, en lugar de seguir con un enfoque punitivo que, según él, solo agrava la situación. La postura del presidente, aunque controvertida, subraya su descontento con el enfoque global sobre la lucha contra las drogas y su preocupación por el impacto negativo en la niñez y las comunidades más vulnerables