Han pasado ocho años desde que el crimen de Yuliana Samboní conmocionó a Colombia. La niña de 7 años fue víctima de abuso y asesinato en Bogotá, un caso que generó gran dolor en el país y marcó la vida de su familia para siempre.
Juvencio Samboní, padre de Yuliana, asegura que la vida nunca volvió a ser la misma. Residiendo en el corregimiento de Milagros, Cauca, él y su esposa, Nelly Muñoz, han reconstruido su vida entre labores agrícolas y el cuidado de sus otros hijos: Nicol Sofía, de 13 años, y Julián Andrés, de 8. A pesar de sus esfuerzos, el miedo sigue presente. “Uno queda marcado, siempre con temor por los hijos”, expresó Juvencio.
El crimen de su hija dejó cicatrices profundas. Cada aniversario del hecho revive el dolor y la impotencia de no haber podido protegerla. “Vivimos pensando en lo que ella tuvo que sufrir”, lamenta Juvencio, quien sigue visitando la tumba de Yuliana, limpiándola y llevándole flores como un acto de memoria.
A pesar del dolor, los dos hijos menores de Juvencio y Nelly son su principal motor. La pareja les habla constantemente sobre Yuliana para mantener vivo su recuerdo. La familia busca que el amor y la memoria de la niña se conviertan en una fuerza para seguir adelante.
Justicia que no llena vacíos
El responsable, Rafael Uribe Noguera, hijo de una influyente familia capitalina, cumple una condena de 58 años en la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, Cesar. Sin embargo, su pena fue reducida 14 meses gracias a actividades realizadas en prisión, como la elaboración de dibujos arquitectónicos. Este beneficio ha generado indignación en la familia Samboní, quienes, pese a su descontento, aceptan con resignación las decisiones judiciales. “Esa es la justicia, no podemos hacer más”, afirmó Juvencio.
No obstante, la tragedia no solo marcó a los Samboní, sino también a la familia de Uribe, quienes han enfrentado problemas como extorsiones. Sin embargo, los padres de Yuliana optaron por no aceptar compensaciones económicas, sosteniéndose con el trabajo agrícola y enfocándose en sacar adelante a sus hijos menores.
Lea también: Cárcel de la Tramacúa: grandes criminales enviados a este centro de detención
El caso de Yuliana Samboní no solo recordó las profundas desigualdades en Colombia, sino que también evidenció la necesidad de fortalecer la justicia y la protección de los menores en el país. Ocho años después, su historia sigue siendo un símbolo del impacto del crimen en las familias y la sociedad.
