En un comunicado oficial emitido el domingo, la Casa Blanca confirmó que el gobierno de Gustavo Petro aceptó los términos propuestos por el presidente Donald Trump en torno a la repatriación de migrantes colombianos deportados desde Estados Unidos. Esta decisión resultó en la suspensión de sanciones económicas y comerciales que incluían aranceles del 25%, restricciones de viaje, y la revocatoria inmediata de visas para funcionarios colombianos.
La controversia surgió luego de que Petro ordenara rechazar vuelos militares con migrantes deportados, argumentando que solo se aceptarían vuelos civiles y con garantías de respeto hacia los connacionales. “Un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con dignidad”, afirmó el mandatario colombiano en la red X, donde también destacó que el avión presidencial sería utilizado para garantizar el retorno digno de los deportados.
Sin embargo, estas decisiones llevaron a que la administración Trump anunciara sanciones iniciales que, según el secretario de Estado Marco Rubio, buscaban presionar a Colombia para cumplir con sus “obligaciones legales”. Rubio señaló que la negativa de Bogotá a recibir los vuelos ponía en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos, un argumento que Trump respaldó al implementar medidas como inspecciones aduaneras reforzadas y sanciones bancarias.
Situación generó tensa discusión entre Colombia y Estados Unidos
La situación generó un tenso intercambio entre ambas naciones, con Petro acusando a Trump de adoptar medidas autoritarias y señalando que no replicaría políticas que vulneren los derechos humanos. “Los libertarios de verdad jamás agrediremos la libertad humana. Somos lo contrario de los Nazis”, expresó el presidente colombiano.
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A pesar de las diferencias, la aceptación de los términos propuestos por Estados Unidos evita un enfrentamiento diplomático mayor. Este incidente es el primer choque significativo entre Petro y Trump desde que este último asumió nuevamente la presidencia el pasado 20 de enero, prometiendo endurecer las políticas migratorias.
La crisis ha tenido un impacto más amplio en América Latina, donde países como Brasil y México también han enfrentado tensiones similares con la administración estadounidense. Brasil denunció recientemente el trato a sus ciudadanos deportados, mientras que México y Honduras han implementado programas de apoyo para recibir a sus nacionales.
Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia, ha sido un aliado estratégico en temas de seguridad y lucha contra el narcotráfico, lo que añade un matiz complejo a las relaciones bilaterales en medio de este incidente. La aceptación de los términos de repatriación refleja la presión ejercida por la administración Trump y la necesidad de mantener la cooperación en áreas críticas.