El representante a la Cámara, Miguel Polo Polo, fue acusado por la Corte Suprema de Justicia de Colombia por el delito de hostigamiento agravado. La Sala de Instrucción encontró pruebas de que Polo Polo habría instigado y promovido actos con el objetivo de causar daño al presidente Gustavo Petro y a los exmiembros del extinto movimiento M-19, motivado por una discriminación política hacia ellos.
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La Corte determinó que las declaraciones de Polo Polo, muchas de ellas difundidas a través de redes sociales, incitaron a la violencia y al odio hacia estos grupos. En particular, se destacó un mensaje en el que se refería al M-19 como un “excremento terrorista” y a sus miembros como “criminales asesinos”, lo que, según el alto tribunal, constituye un acto de hostigamiento hacia personas por su ideología política.
La acusación de la Corte pone a Polo Polo al borde de un juicio, aunque su defensa tiene la opción de apelar la decisión. En caso de que la acusación se mantenga, el caso será remitido a la Sala de Primera Instancia, que decidirá si el político es culpable o no de incitar al daño y la violencia.
Polo Polo responde que no incita al odio a sus seguidores
El congresista ha respondido a la acusación, afirmando que no incita a sus seguidores a cometer actos violentos. En sus declaraciones públicas, Polo Polo defendió su derecho a expresarse y afirmó que las opiniones que emite sobre el presidente Petro o el M-19 no son un llamado a la violencia. De hecho, el representante consideró que la decisión de la Corte era exagerada y que, en su opinión, sus publicaciones no tienen la capacidad de incitar atentados.
Este no es el primer enfrentamiento de Polo Polo con la Corte Suprema por declaraciones controvertidas. En febrero de 2025, la Corte inadmitió una denuncia presentada por la senadora Sandra Ramírez Lobo, quien lo acusaba de injurias y calumnias durante un debate legislativo. En esa ocasión, la Corte determinó que las expresiones de Polo Polo eran parte del derecho de opinión y el ejercicio parlamentario.
En cuanto al proceso en curso, el político seguirá enfrentando este nuevo desafío judicial, mientras continúa su defensa frente a las acusaciones. La Corte, por su parte, ha puesto el foco en la gravedad de sus palabras, que consideran no solo un ataque a la honra de los mencionados, sino un incentivo a la violencia política.