Un episodio de pánico se vivió el 11 de febrero en una Institución Educativa de Santa María, Huila, cuando un hombre armado irrumpió en plena clase con la intención de atacar a un profesor. Afortunadamente, la intervención oportuna de varios testigos impidió que el ataque se desbordara, aunque el agresor logró escapar antes de ser detenido por las autoridades.
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El incidente, que ocurrió en la mañana del lunes, conmocionó a estudiantes y personal docente, quienes presenciaron cómo el hombre, identificado como la pareja de una aseadora de la escuela, ingresó con una escopeta en busca del profesor, aparentemente por celos. Según fuentes locales, el agresor había perdido el control debido a su consumo frecuente de estupefacientes, lo que habría provocado su actitud errática.
A medida que el hombre comenzó a amenazar al docente, los testigos alertaron a la Policía, quienes llegaron al lugar poco después. Sin embargo, al ver la llegada de las autoridades, el atacante abandonó la escopeta y huyó hacia una zona boscosa. Las fuerzas del orden están actualmente tras su rastro, acusándolo de porte ilegal de armas, daño en bien ajeno, amenazas y pánico colectivo.
Según informes el hombre ya había sido capturado
De acuerdo con los informes de la comunidad, este hombre ya había sido capturado previamente el 8 de febrero por posesión de drogas, pero fue liberado tras una audiencia en la que no se le impusieron medidas cautelares. Este antecedente ha generado inquietud sobre la efectividad del sistema judicial frente a situaciones de riesgo como esta.
El episodio ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad en los colegios del país, que en los últimos meses han sido escenario de incidentes violentos. En este contexto, se recuerda un hecho similar ocurrido en Soledad, Atlántico, en el que un hombre armado disparó contra estudiantes, dejando varias víctimas. Aunque este último caso tuvo un desenlace trágico, el suceso en Santa María pudo ser evitado gracias a la valiente acción de los testigos y la rápida respuesta de la Policía.
Las autoridades continúan con la búsqueda del agresor, mientras que los estudiantes y el personal educativo del colegio han recibido apoyo psicológico para superar el trauma vivido durante los minutos de tensión. Adicionalmente, el caso ha generado un llamado a reforzar las medidas de seguridad en los centros educativos del país para prevenir futuros ataques de esta naturaleza.