San Valentín es una fecha clave para la floricultura colombiana, que durante este mes experimenta su temporada alta de exportaciones. Colombia, reconocida como el segundo mayor exportador de flores en el mundo, juega un papel vital en la industria global. Cerca del 18% de las exportaciones anuales del sector floricultor se realizan en este período, lo que genera importantes ingresos para el país.
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Este éxito se debe en gran parte a la calidad y variedad de las flores que se cultivan en Colombia, desde rosas hasta crisantemos, y especialmente a su capacidad de abastecer más de 100 países, siendo Estados Unidos el principal destino. El país norteamericano recibe alrededor del 80% de las exportaciones de flores colombianas, consolidando su posición como el principal mercado para estas flores de calidad.
Sin embargo, el precio de un ramo sencillo de flores colombianas en EE. UU. puede sorprender a muchos. Dependiendo de la calidad y tipo de flores, los precios oscilan entre 24 y 155 dólares (aproximadamente 99.000 a 642.000 pesos colombianos). Estos costos reflejan la cadena de producción, empaque y transporte que asegura que las flores lleguen frescas a su destino final.
La floricultura colombiana genera más de 200.000 empleos
Las flores colombianas no solo representan un negocio próspero para el país, sino que también juegan un papel clave en la economía local, generando más de 200.000 empleos, muchos de los cuales son ocupados por mujeres cabezas de hogar. En este sentido, el sector de la floricultura contribuye significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario del país, siendo responsable del 15% de este indicador.
Para los consumidores estadounidenses, el precio de las flores colombianas es una muestra de la calidad y esfuerzo invertido en cada ramo, lo que justifica el valor que se les asigna en los puntos de venta. Mientras tanto, la industria floricultora colombiana sigue siendo un motor de empleo y un símbolo de la tradición agrícola del país.