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La violencia en Colombia: una cronología de más de un siglo de conflicto

Cronología de la violencia en Colombia: hitos clave del conflicto armado, desde la Guerra de los Mil Días hasta las disidencias actuales.

Colombia ha sido escenario de uno de los conflictos más largos y complejos de América Latina. A lo largo de su historia, el país ha atravesado múltiples episodios de violencia, marcados por enfrentamientos entre grupos políticos, guerrillas, narcotráfico y paramilitarismo. Cada periodo ha dejado cicatrices profundas en la sociedad, afectando a generaciones enteras y configurando la realidad actual.

Desde las luchas partidistas del siglo XIX hasta las recientes disputas entre disidencias y nuevas estructuras criminales, el país ha experimentado constantes transformaciones en su conflicto interno. Estos hechos no solo han cambiado el curso de la historia colombiana, sino que también han tenido repercusiones en la política, la economía y la vida de millones de personas.

1899-1902: La Guerra de los Mil Días, el primer gran conflicto

El siglo XIX cerró con un enfrentamiento sangriento entre liberales y conservadores, que desató una guerra civil conocida como la Guerra de los Mil Días. Este conflicto, que tuvo lugar entre 1899 y 1902, se originó en profundas diferencias políticas, económicas y sociales entre ambas facciones, las cuales disputaban el control del país.

Las batallas se extendieron por todo el territorio, con episodios de extrema violencia que dejaron más de 100.000 muertos. La guerra también causó una grave crisis económica, con la destrucción de tierras agrícolas y el colapso del comercio. Finalmente, el conflicto terminó con la firma del Tratado de Neerlandia, pero dejó una sociedad fracturada y un país debilitado.

9 de abril de 1948: El Bogotazo y el inicio de la violencia bipartidista

El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, líder liberal y gran favorito en la carrera presidencial, desató una ola de disturbios conocida como el Bogotazo. Ese 9 de abril de 1948, tras la muerte de Gaitán a manos de un desconocido, Bogotá se sumió en el caos, con saqueos, incendios y enfrentamientos entre civiles y fuerzas del Estado.

Las revueltas se extendieron a otras regiones, intensificando la ya existente violencia entre liberales y conservadores. Durante los años siguientes, esta confrontación escaló a un conflicto más amplio, conocido como La Violencia, en el que miles de colombianos murieron en enfrentamientos entre milicias de ambos partidos.

1964: Nacen las FARC y el ELN, el inicio de la lucha guerrillera

Con la influencia de la Revolución Cubana y el auge del comunismo en América Latina, surgieron en 1964 dos de los grupos guerrilleros más importantes del país: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Ambas organizaciones nacieron con el propósito de instaurar un sistema socialista y luchar contra el Estado, al que acusaban de desigualdad y corrupción. Durante las siguientes décadas, estos grupos se expandieron, consolidando su presencia en zonas rurales y financiando su lucha a través del secuestro, la extorsión y, eventualmente, el narcotráfico.

1970: El nacimiento del M-19, una guerrilla de otro tipo

A diferencia de las FARC y el ELN, que operaban en el campo, el Movimiento 19 de Abril (M-19) se presentó como una guerrilla urbana, con un enfoque más mediático y populista. Su creación en 1970 se dio como respuesta a presuntas irregularidades en las elecciones presidenciales de ese año, en las que Gustavo Rojas Pinilla fue derrotado en circunstancias cuestionables.

El M-19 se hizo famoso por sus audaces operaciones, como el robo de armas del Cantón Norte en Bogotá y la toma de la Embajada de República Dominicana en 1980. Aunque su lucha estaba inspirada en el socialismo, su estrategia difería de las guerrillas tradicionales, lo que lo convirtió en un actor clave en el conflicto.

1982: Pablo Escobar y el auge del narcotráfico

El narcotráfico comenzó a ganar poder en Colombia en la década de 1970, pero fue en 1982 cuando Pablo Escobar consolidó su posición como el capo más influyente del país. Desde el Cartel de Medellín, Escobar estableció una red de producción y exportación de cocaína que llevó a Colombia a convertirse en el epicentro mundial de esta droga.

El poder del narcotráfico desató una nueva ola de violencia, con atentados, asesinatos de jueces, policías y periodistas, y una lucha sin cuartel contra el Estado. La influencia del crimen organizado alcanzó la política, financiando campañas y ejerciendo presión sobre las instituciones.

1985: La toma del Palacio de Justicia

El 6 de noviembre de 1985, el M-19 protagonizó una de las acciones más impactantes de la historia de Colombia: la toma del Palacio de Justicia. Buscando presionar al gobierno para renegociar acuerdos de paz, la guerrilla irrumpió en el edificio y tomó como rehenes a magistrados y empleados.

El Ejército respondió con una ofensiva brutal, lo que resultó en la muerte de más de 100 personas, entre ellas 11 magistrados de la Corte Suprema. Este episodio dejó heridas abiertas en la sociedad y alimentó el debate sobre la responsabilidad del Estado en el uso de la fuerza.

1989: Asesinato de Luis Carlos Galán, el golpe a la democracia

El 18 de agosto de 1989, Luis Carlos Galán, candidato presidencial y férreo opositor del narcotráfico, fue asesinado en plena campaña. La orden provino del Cartel de Medellín, que lo veía como una amenaza a sus operaciones y a su influencia en la política.

Este magnicidio marcó uno de los momentos más oscuros de la democracia colombiana. El narcotráfico demostró su capacidad para influir en el futuro del país a través del terror, desencadenando una fuerte respuesta del Estado con la persecución y posterior muerte de Pablo Escobar en 1993.

1991: La nueva Constitución, un intento de cambio

Con el objetivo de modernizar el Estado y garantizar más derechos a la ciudadanía, Colombia adoptó una nueva Constitución en 1991. Este proceso contó con la participación de excombatientes del M-19, que dejaron las armas para integrarse a la política.

A pesar de los avances en términos democráticos y sociales, la violencia no cesó. Los grupos armados siguieron operando, mientras que el narcotráfico y el paramilitarismo se consolidaban como nuevos actores del conflicto.

1997: Nacimiento de las AUC, el auge del paramilitarismo

En 1997, surgieron oficialmente las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un grupo paramilitar con vínculos con el narcotráfico y sectores políticos. Su objetivo era combatir a las guerrillas, pero lo hicieron a través de masacres, desplazamientos y el control de economías ilegales.

Las AUC se convirtieron en un factor clave en el conflicto, sembrando el terror en varias regiones del país. Su influencia se mantuvo hasta su desmovilización en 2006, aunque muchos de sus miembros continuaron en actividades criminales.

2002: Álvaro Uribe y la seguridad democrática

Con la llegada de Álvaro Uribe a la presidencia en 2002, Colombia adoptó una estrategia de guerra frontal contra las guerrillas. Su política de Seguridad Democrática fortaleció a las Fuerzas Armadas, redujo los secuestros y debilitó a las FARC.

Sin embargo, esta política también trajo denuncias de violaciones a los derechos humanos, como los falsos positivos, en los que civiles fueron ejecutados por el Ejército y presentados como guerrilleros abatidos.

2012: Inicio del proceso de paz con las FARC en La Habana

En 2012, el gobierno de Juan Manuel Santos anunció el inicio de diálogos de paz con las FARC en La Habana, Cuba. Después de décadas de conflicto, este proceso representó la oportunidad más concreta de alcanzar un acuerdo para la desmovilización del grupo guerrillero.

Las negociaciones se estructuraron en seis puntos clave: reforma rural, participación política, fin del conflicto, solución al problema de las drogas ilícitas, derechos de las víctimas y mecanismos de implementación. Aunque el proceso generó divisiones en la opinión pública, significó un paso histórico hacia el fin del conflicto armado con las FARC.

2016: Firma del Acuerdo de Paz con las FARC, pero sin un final definitivo

Después de cuatro años de negociaciones en La Habana, el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC firmaron en 2016 un histórico acuerdo de paz. El pacto buscaba poner fin a más de 50 años de conflicto, permitiendo la desmovilización de los guerrilleros y su reinserción en la sociedad.

Aunque el acuerdo fue un avance significativo, su implementación ha enfrentado múltiples obstáculos. Disidencias de las FARC, el ELN y nuevos grupos criminales han llenado el vacío dejado por la guerrilla, manteniendo la violencia en varias regiones del país.

2019-2024: El resurgimiento de la violencia con nuevas estructuras criminales

En los últimos años, la violencia no ha cesado. Grupos como el Clan del Golfo y disidencias de las FARC y el ELN han retomado el control de economías ilegales, como el narcotráfico y la minería ilegal.

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El asesinato de líderes sociales, el desplazamiento forzado y los enfrentamientos entre estos grupos han marcado la nueva etapa del conflicto, demostrando que, aunque la guerra con las FARC terminó oficialmente, la violencia en Colombia sigue siendo un desafío sin resolver.

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