Este martes 18 de febrero de 2024, la Fundación Mi Mejor Amigo compartió con gran pesar la muerte de Ángel, el perro que se convirtió en un emblema en la lucha contra el maltrato animal en Colombia. Este canino, conocido por haber sobrevivido a un brutal ataque en Saboya, Boyacá, se apagó a sus ocho años de vida, dejando atrás un vacío y un legado que continúa inspirando a miles de personas en todo el país.
En octubre de 2021, la tragedia comenzó cuando Ángel fue encontrado en un estado desgarrador: su piel había sido arrancada en un ataque cruel. El 80% de su cuerpo estaba completamente despellejado, una escena que conmocionó a la comunidad. La fundadora de la Fundación Mi Mejor Amigo, Vivian Nieto, recordó ese momento con horror. “Cuando me llamaron, no podía imaginar lo que iba a encontrar”, expresó. Fue el veterinario quien, al recibir al animal en la clínica, le dijo sin rodeos: “Este perro viene sin piel”. La crueldad con la que fue tratado Ángel marcó no solo a su rescatista, sino a todos los colombianos que conocieron su historia.
Sin embargo, gracias a una cadena de apoyo ciudadano y donaciones, Ángel pudo recibir atención médica urgente. El tratamiento, que incluyó más de 15 cirugías, transfusiones de sangre y varios meses de hospitalización, fue un esfuerzo constante por salvar su vida. La fundación asumió con valentía la responsabilidad de su cuidado, a pesar de las secuelas físicas que dejó el ataque.
“Recuerdo que cuando los veterinarios dijeron que había sobrevivido a las primeras 48 horas, decidimos seguir luchando. Ángel no dejó de luchar”, comentó Nieto, con la voz entrecortada por la emoción. A pesar de todo lo que sufrió, Ángel logró encontrar algo de paz en su recuperación. Sin embargo, su vida estuvo marcada por el dolor físico, que nunca desapareció del todo.
Un caso de impunidad que sigue tocando corazones
A pesar de que el agresor de Ángel fue identificado y tenía nombre y cédula, el proceso judicial nunca avanzó como debía. La denuncia ante la Fiscalía no fue suficiente para que el caso tuviera consecuencias reales. La institución, pese a contar con testigos del ataque, exigió pruebas adicionales que nunca llegaron, como un video del momento del ataque. Este obstáculo legal dejó el caso en la impunidad, lo que solo aumentó el dolor de la fundación y de todos los que seguían la historia de Ángel.
“Es triste, pero a veces la justicia no llega a tiempo”, lamentó Vivian Nieto. “Ángel se va sin haber visto a su agresor pagar por lo que hizo”. Esta impotencia fue uno de los factores que impulsó a la fundación a redoblar sus esfuerzos para lograr una reforma legal en Colombia.
No obstante, la lucha por justicia no terminó con la muerte de Ángel. Su caso fue un catalizador para el nacimiento de la ‘Ley Ángel’, aprobada en 2024. Esta ley endurece las penas contra el maltrato animal en Colombia y pretende evitar que más casos como el de Ángel queden sin respuesta. La iniciativa fue respaldada por una amplia movilización ciudadana y, finalmente, logró que el Congreso aprobara esta legislación histórica.
En octubre de 2024, la senadora Padilla celebró la aprobación de la ley, comentando: “Este avance es el reflejo de la conciencia social que se ha despertado en Colombia. La Ley Ángel es la reivindicación del movimiento animalista en el país”. Para muchos, este fue el último deseo de Ángel: que su sufrimiento no fuera en vano, sino que sirviera para proteger a otros animales.
Un recuerdo imborrable
Hoy, Ángel descansa, pero su legado vive en las miles de personas que siguen luchando por la protección de los animales en Colombia. La Fundación Mi Mejor Amigo, que lo rescató y cuidó hasta el final, expresó en un emotivo mensaje: “Te vas con nuestro corazón, pero tu misión no termina aquí. Te vamos a extrañar, Ángel. Gracias por todo lo que hiciste por todos los animalitos”. La noticia de su partida, aunque triste, también resalta la importancia de seguir adelante con la lucha por una Colombia más justa para los seres vivos más vulnerables.
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Ángel ha dejado una huella profunda en el corazón de muchos, y su memoria se mantendrá viva a través de la ley que lleva su nombre, que sigue siendo una herramienta poderosa en la batalla contra el maltrato animal en el país.
