En un paso significativo para la protección y el bienestar de los animales en Colombia, el Senado de la República aprobó la prohibición de la venta de animales de compañía y aves ornamentales en plazas de mercado. La iniciativa, promovida por la senadora Esmeralda Hernández, del Pacto Histórico, fue incluida en el proyecto de impulso a estos espacios comerciales y superó diversas oposiciones antes de ser aprobada en plenaria.
“A pesar del juego sucio y de la dificultad en la plenaria, hemos logrado incluir un artículo de autoría propia que establece la prohibición de la venta de animales compañeros y aves ornamentales en estos escenarios. ¡Acabamos de aprobarlo en la plenaria del Senado, avanzamos!”, expresó la senadora tras la votación.
Un avance en la protección animal
La comercialización de animales en plazas de mercado ha sido ampliamente criticada por organizaciones defensoras de derechos animales debido a las condiciones en que suelen mantenerse estos seres vivos. Muchos de ellos son transportados en espacios reducidos, expuestos a temperaturas extremas y sin acceso adecuado a alimento o agua, lo que los hace vulnerables a enfermedades y maltrato.
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Con la aprobación de esta medida, se busca no solo erradicar estas prácticas, sino también promover la adopción responsable y la regulación de la comercialización de animales en entornos adecuados y supervisados.
El senador Wilson Arias, también del Pacto Histórico, respaldó la iniciativa y destacó la persistencia de Hernández en lograr su inclusión en el proyecto de ley. “Doy fe en cuanto a que esta victoria fue iniciativa de la senadora Esmeralda Hernández, a quien felicito por su entereza y aplicación”, manifestó.
Siguientes pasos y reacciones
El artículo aprobado ahora hace parte del proyecto de impulso a las plazas de mercado públicas, el cual continuará su trámite legislativo en el Congreso. De ser ratificado en las siguientes instancias, entrará en vigor como parte de las normativas de protección animal en Colombia.
Activistas y ciudadanos han celebrado la medida, considerándola un avance en la lucha contra la explotación de animales en entornos comerciales inadecuados. Sin embargo, algunos comerciantes han expresado su preocupación por el impacto económico que podría generar la prohibición en sus negocios.
Con este paso, el país avanza en la construcción de políticas públicas más responsables con la fauna, promoviendo la adopción, el bienestar animal y regulaciones más estrictas para su comercialización.
