La Fiscalía General de la Nación, capturo a Cinco ciberdelincuentes en Colombia luego de descubrirse que, desde la comodidad de sus casas, llevaban a cabo deseables hurtos digitales. A pesar de la contundencia de las pruebas, un juez decidió otorgarles detención domiciliaria, justamente en el mismo lugar donde operaban.
Estos delincuentes hacían parte de una estructura criminal dedicada al SIM Swapping , una modalidad que consiste en apropiarse del número de celular de las víctimas para acceder a sus cuentas bancarias. Sin necesidad de salir de casa, bastaban computadoras, bases de datos filtradas y algunas llamadas. Desde sus escritorios, suplantaban a los titulares de las líneas y luego se apoderaban de sus aplicaciones financieras.
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Uno de los capturados era un ejemplo de una empresa de telefonía, pues su experiencia en el sector fue clave para facilitar la operación ilegal. Sabía cómo desactivar las líneas legítimas y transferirlas a otros dispositivos, dejando a las víctimas sin señal y sin control de sus finanzas.
La polémica decisión judicial
El ente acusador reveló que los ciberdelincuentes lograron robar al menos 150 millones de pesos. Lo hacían mediante transferencias hacia cuentas de terceros, en una cadena de complicidad difícil de rastrear. En muchos casos, el primer paso era una llamada sin respuesta o un mensaje de WhatsApp que servía como trampa. A partir de ahí, tomaban el control total de las líneas telefónicas y accedían a datos sensibles.
“Las líneas eran puestas a nombre de terceros que accedían a claves, datos personales y las aplicaciones bancarias de las víctimas”, explicó la Fiscalía. Los capturados fueron presentados ante un juez de control de garantías e imputados por actos para delinquir, hurto por medios informáticos, acceso abusivo a sistema informático, uso de documento falso y falsedad en documento privado.
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Lo que más desconcertó a los investigadores fue la medida tomada por el juez. Pese a que el centro de operaciones de esta red criminal era precisamente el hogar de los implicados, se les concedió casa por cárcel. “Es frustrante”, señalan fuentes cercanas a la investigación, que se extienden durante meses, con seguimientos, recolección de pruebas y un riesgo constante. La contradicción es evidente, puesto que operaban desde la misma casa donde robaban, ahora cumplirán su detención.
