Álvaro Leyva, canciller durante los primeros 17 meses del Gobierno Petro, difundió en redes una misiva de cinco páginas donde revive episodios que, dice, aún le “producen desazón”. El detonante fue la visita oficial a París en junio de 2023, cuando según él Petro estuvo ilocalizable 48 horas. “Fue allí donde pude confirmar su problema de drogadicción. Lo cierto es que nunca se repuso usted”, sentencia el exfuncionario.
La carta desató reacciones inmediatas. María Fernanda Cabal (Centro Democrático) calificó los señalamientos de “gravísimos” y exigió que Petro se someta a un tribunal médico. Su copartidario Christian Garcés anunció que radicará una proposición en el Senado para evaluar la capacidad del mandatario de gobernar. Andrés Forero y Miguel Uribe, también de la oposición, insistieron en que “el secreto a voces” quedó confirmado. Incluso la representante Katherine Miranda (Alianza Verde) tachó el episodio parisino de “vergonzoso”.
En contraste, voces cercanas al Gobierno defendieron al presidente. Gustavo Bolívar, director del DPS, aseguró no conocer ninguna adicción. La senadora del Pacto Histórico María José Pizarro denunció un “ataque a la vida privada” del jefe de Estado, y la secretaria de prensa presidencial, María Paula Fonseca, destacó la capacidad de Petro para trabajar “horas analizando soluciones para el país”.
Petro reaccionó ante la carta
Fiel a su estilo, Gustavo Petro contestó en X sin aludir directamente a las acusaciones médicas. Criticó que “la prensa solo publique cartas que lo insultan” y reprochó que se ignore “todo lo interesante que ofrece París, incluida mi familia”. Con ironía concluyó que “casi todo en París es más interesante” que su antiguo canciller.
La controversia ha puesto al Congreso en modo de espera. Si la proposición de Garcés prospera, un examen médico oficial requeriría mayoría simple en cada cámara y podría, en un escenario extremo, activar el artículo 194 de la Constitución sobre incapacidad física permanente. Expertos constitucionalistas recuerdan, sin embargo, que cualquier valoración debe basarse en pruebas clínicas y no en testimonios aislados.
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Por ahora, Leyva no ha aportado evidencia adicional y la Fiscalía no se ha pronunciado. De surgir documentos o peritajes que corroboren la versión del excanciller, el caso podría escalar a la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara. De no ser así, quedará como otro capítulo del áspero choque entre Petro y un exaliado que fue clave en su política exterior. Mientras tanto, el país observa cómo las tensiones personales se transforman en un nuevo campo de batalla institucional.