La muerte del papa Francisco conmocionó a la Iglesia Católica. El sumo pontífice falleció a sus 88 años, tras 12 años de papado. Como argentino, se convirtió en el primer papa latinoamericano de la historia e influyó con sus ideales revolucionarios y progresistas. Su huella también pasó por Colombia, como una de las voces clave para lograr la paz con las extintas Farc.
Jorge Bergoglio llegó al Vaticano en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI. Cuatro años después de asumir el papado, visitó a Colombia, justo después de que el gobierno de Juan Manuel Santos firmara el Acuerdo de Paz con las extintas Farc. Su visita se dio en un momento crucial para la paz en el país, tras más de medio siglo de un conflicto recrudecido por el accionar de esa guerrilla, de otros grupos armados ilegales y del paramilitarismo.
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Además, el papa Francisco aterrizó al país en una extrema polarización política, derivada por las tensiones que dejó el plebiscito. Aunque ganó el “no”, el entonces presidente Santos decidió seguir adelante con el proceso de paz. El pontífice se reunió con Santos, visitó ciudades como Villavicencio, Medellín y Cartagena, y se encargó de enviar un mensaje de paz para el país. Incluso, a inicios de este año, no se olvidó de Colombia y volvió a interceder por el conflicto, que sigue latente.
La histórica visita del papa Francisco a Colombia
Ocurrió entre el 6 y el 10 de septiembre de 2017. Aterrizó en la fría Bogotá, en donde recibió una ruana de lana para abrigarse. Fue el tercer papa que visitó a Colombia, después de Pablo VI y Juan Pablo II. “Demos el primer paso (…) Siempre se necesita dar un primer paso para cualquier actividad. También nos empuja a ser los primeros para amar, para crear puentes, para crear fraternidad”, fueron sus palabras.
Ese mensaje lo envió, con el fin de dar a entender que los colombianos debían “dar el primer paso” para la reconciliación y el perdón. “No sirve silenciar fusiles si los corazones siguen armados”, agregó. Francisco recorrió Villavicencio, Medellín y Cartagena, además de Bogotá. Tras la firma del Acuerdo de Paz, escuchó a víctimas del conflicto y apoyó al expresidente Santos con ese proceso.
En Villavicencio, al pie del Crucificado de Bojayá, se reunió con las víctimas y bendijo el lugar. Ese cristo mutilado es símbolo de la historia del conflicto armado en el país, pues presencia la masacre de 80 personas que se refugiaban de la violencia por la explosión de un cilindro bomba por parte de las extintas Farc.
“Ver a Cristo así, mutilado y herido, nos interpela. Ya no tiene brazos y su cuerpo ya no está, pero conserva su rostro y con él nos mira y nos ama”, dijo Francisco aquel día. Su aporte fue escuchar además testimonios de perdón entre enemigos por el conflicto. Además, con su visita, Colombia logró un cese al fuego por 101 días con el ELN, uno de los más largos de la historia, después del cese de un año que se logró en 2023.
Pero Francisco no solo medió en el conflicto armado, sino también en el conflicto entre los expresidentes Santos y Álvaro Uribe. Ambos exmandatarios pasaron de ser aliados políticos, a tener constantes confrontaciones. Su relación se desgastó por desacuerdos en cómo Santos —quien fue ungido de Uribe— gestionó algunos movimientos de su gabinete, manejó las relaciones con Hugo Chávez y trató la paz.
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Santos, Uribe y el papa Francisco se reunieron en el Vaticano, tres meses después de su visita a Colombia. Su fin era ponerle fin a la pelea política, pero el milagro no resultó. Hoy, ocho años después, la enemistad de Santos y Uribe parece que no dará vuelta atrás. Su mensaje de paz no llegó a la relación de ambos políticos.
“Nos sentamos los dos al frente del santo padre, nos saludamos cordialmente y el expresidente comenzó a criticar el proceso de paz y ahí el santo padre me miró y me hizo como una seña. Dijo como que ‘no, esto no va a funcionar’. De pronto nos cortó y nos dijo ‘bueno, miren, ustedes saben que yo siempre estaré listo a ayudar en cualquier situación cuando ustedes quieran regresar’ y nos despachó”, relató Santos sobre esa visita en Noticias Caracol.
El último mensaje del papa hacia Colombia por la paz
“Sigo con preocupación la situación de Colombia, en particular en la región del Catatumbo, donde los enfrentamientos entre grupos armados han causado muchas víctimas y más de 30 mil desplazados. A ellos les expreso mi cercanía y rezo”, dijo el papa Francisco tras la guerra en esa región de Norte de Santander entre las disidencias y el ELN.
El conflicto en Catatumbo ha dejado más de 65 mil desplazados. Según la Defensoría del Pueblo, es una las cifras más altas de desplazamiento forzado por conflicto desde hace más de tres décadas. Francisco envió su rezo a las víctimas que, hoy en día, no dejan de contarse.
A lo largo de su papado, también envió otros mensajes a Colombia. En diciembre del año pasado, en vísperas de Navidad, señaló que “al pueblo colombiano lo lleva en su corazón”. Y durante la COP16, la cumbre de biodiversidad más importante del mundo que se hizo en Cali, envió un mensaje a comunidades indígenas. “Queridos hermanos indígenas y campesinos de la Amazonía: no aflojen, organícense como pueblo y caminen adelante”, dijo.
Hoy Colombia y el mundo le dicen adiós a Francisco, pero la memoria de su legado queda en la historia. Particularmente en el país, en donde la paz sigue siendo un anhelo, en medio de la violencia y de la guerra que se toma a los más vulnerables. Hoy hay un adiós para Jorge Bergoglio, pero su huella apenas comienza. La muerte del papa Francisco conmocionó a la Iglesia Católica. El sumo pontífice falleció a sus 88 años, tras 12 años de papado. Como argentino, se convirtió en el primer papa latinoamericano de la historia e influyó con sus ideales revolucionarios y progresistas. Su huella también pasó por Colombia, como una de las voces clave para lograr la paz con las extintas Farc.
Jorge Bergoglio llegó al Vaticano en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI. Cuatro años después de asumir el papado, visitó a Colombia, justo después de que el gobierno de Juan Manuel Santos firmara el Acuerdo de Paz con las extintas Farc. Su visita se dio en un momento crucial para la paz en el país, tras más de medio siglo de un conflicto recrudecido por el accionar de esa guerrilla, de otros grupos armados ilegales y del paramilitarismo.
Además, el papa Francisco aterrizó al país en una extrema polarización política, derivada por las tensiones que dejó el plebiscito. Aunque ganó el “no”, el entonces presidente Santos decidió seguir adelante con el proceso de paz. El pontífice se reunió con Santos, visitó ciudades como Villavicencio, Medellín y Cartagena, y se encargó de enviar un mensaje de paz para el país. Incluso, a inicios de este año, no se olvidó de Colombia y volvió a interceder por el conflicto, que sigue latente.
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