Más del 60% de los rellenos sanitarios en Colombia están a punto de agotar su vida útil. La situación, según el Partido Mira, representa una amenaza ambiental y de salud pública de proporciones alarmantes. Municipios como Bucaramanga, Tunja, Sogamoso, Ubaté, Ibagué y la misma Bogotá enfrentan escenarios críticos. La falta de reglamentación del programa Basura Cero, aprobado en el Plan Nacional de Desarrollo, impide que se tomen decisiones estructurales que prioricen tecnologías limpias, inclusión social y economía circular.
Los efectos de este colapso ya se sienten, puesto que los ríos contaminados, olores insoportables, proliferación de vectores y comunidades afectadas evidencian una gestión ineficiente de los residuos. El caso del relleno sanitario Doña Juana, en Bogotá, es emblemático. En días recientes, habitantes de sectores aledaños denunciaron afectaciones por los gases y lixiviados que emanan del lugar.
Mientras tanto, se aproxima la licitación más grande del país para el manejo de residuos, ya que más de cuatro billones de pesos se invertirán en la capital. Pero sin un marco normativo actualizado, esa licitación, al igual que otras en más de 165 municipios, se haría con reglas obsoletas que no garantizan un tratamiento responsable ni sostenible de las basuras.
Urgencia regulatoria
Desde el Congreso, el Partido Mira hizo un llamado al Ministerio de Vivienda para que reglamente con urgencia el programa Basura Cero. También insistió a la CRA (Comisión de Regulación de Agua Potable), la CAR (Corporación Autónoma Regional) y el Ministerio de Ambiente a asumir su parte de responsabilidad.
El objetivo del programa es ambicioso y es incorporar nuevos lineamientos ambientales en la contratación pública, fomentar tecnologías modernas, integrar a los recicladores y resolver el manejo de residuos como llantas, escombros y desechos especiales, que hoy no tienen un destino adecuado.
Además del daño ecológico, hay un impacto directo sobre los usuarios. El componente más costoso del servicio de aseo en Colombia es el transporte y disposición final de residuos. Sin cambios estructurales, las tarifas seguirán creciendo, afectando especialmente a las familias más vulnerables.
En un contexto internacional donde la tendencia es el aprovechamiento y comercialización de residuos, Colombia no puede seguir enterrando sus oportunidades. La reglamentación del programa Basura Cero no es una opción, es una urgencia nacional.