Desde el interior de la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá, la influencer y empresaria Daneidy Barrera Rojas, conocida como Epa Colombia, denunció las difíciles condiciones alimentarias que viven ella y otras reclusas. En un video que circula en redes sociales, se le escucha decir que están en huelga de hambre debido a la falta de comida y a la insalubridad de los alimentos suministrados por el penal.
En la grabación, varias internas describen una situación crítica: “el pollo y el pescado están podridos, hemos encontrado ratas muertas en el arroz”. Las imágenes fueron difundidas en la cuenta oficial de la influencer, junto con un mensaje que resume la indignación: “¿por qué son tan inhumanos?”. Las reclusas piden ayuda urgente y aseguran que llevan varios días sin recibir comida en condiciones mínimas de salubridad, lo que evidencia un grave problema de derechos humanos al interior del centro carcelario.
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El caso judicial que mantiene tras las rejas a Epa Colombia
Barrera cumple una condena superior a cinco años por vandalismo agravado. La justicia la sentenció tras haber difundido en 2019 videos en los que destruía estaciones del sistema TransMilenio durante una jornada de protestas sociales. Aunque ha pagado parte de la indemnización, más de 57 millones de pesos, su situación legal sigue lejos de resolverse.
Recientemente, la influencer solicitó su libertad condicional bajo la figura de madre cabeza de hogar, pero el juez negó la petición. Según el fallo, ella no cumple con los requisitos, ya que existen otros familiares que pueden encargarse del cuidado de su hija. Esta decisión frustró su intención de retomar sus responsabilidades familiares y empresariales, un deseo que ha reiterado en diversas ocasiones durante su reclusión.
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Una batalla económica con TransMilenio sigue abierta
Además de los problemas en prisión, Epa Colombia enfrenta nuevas dificultades económicas. TransMilenio interpuso una demanda adicional contra ella por una suma superior a los 467 millones de pesos. La empresa exige una reparación por los daños causados a la estación Molinos, lo que representa una cifra muy por encima de lo que Barrera ya ha pagado.
La defensa de la influencer considera que esta suma es desproporcionada y ha solicitado abrir un proceso de conciliación. La propuesta es acordar un monto que se ajuste a su realidad financiera actual. Mientras tanto, Barrera continúa cumpliendo su pena en condiciones que ella misma ha calificado de infrahumanas, lo que agrava su situación emocional y personal. Su caso reabre el debate sobre el trato que reciben las mujeres privadas de la libertad en Colombia y sobre los límites de la justicia punitiva frente a personas que ya han mostrado intención de resarcir los daños.
