Valledupar vive una ola de indignación tras conocerse la muerte de varios animales durante el desalojo del asentamiento irregular ubicado en el antiguo lote del IDEMA. La denuncia más grave apunta a que una perra recién parida, junto con sus crías, fue arrasada por maquinaria pesada en medio del operativo, mientras decenas de otros animales quedaron heridos, dispersos o desaparecidos.
Testigos y organizaciones animalistas aseguran que el procedimiento, llevado a cabo con retroexcavadoras y sin un protocolo claro de protección, constituye una falta grave de sensibilidad institucional. “Había animales amarrados, otros se escondieron en medio del caos. La escena era de absoluto desamparo”, denunció Nazly Contreras, vocera de la corporación Huellitas Callejeras, que desde hace años venía trabajando con la comunidad del sector en labores de esterilización, vacunación y cuidado de los animales.
También puede leer: Regresan a casa los niños que sobrevivieron 40 días en la selva del Guaviare
Aunque la Alcaldía de Valledupar sostuvo que durante el proceso se llevó a cabo una jornada de vacunación y caracterización liderada por la Secretaría Local de Salud, animalistas consideran que la intervención fue tardía, insuficiente y desconectada de la realidad del terreno. “La jornada se hizo en medio del estrés del desalojo. Muchos de los animales ya estaban vacunados por nosotros. Lo que se necesitaba era un plan de evacuación y protección, no una jornada simbólica”, agregó Contreras.
¿Centro de Bienestar Animal de Valledupar es un ‘elefante blanco’?
La polémica también alcanzó al Centro de Bienestar Animal de Valledupar, señalado por la senadora Andrea Padilla como un “elefante blanco”. Según la congresista, el centro no está en funcionamiento efectivo y no brindó refugio a los más de 200 animales que habitaban el predio. “No se activaron protocolos de emergencia. El centro solo atiende animales con dueño ocasionalmente. Los demás quedan a su suerte”, afirmó Padilla, quien ya solicitó medidas preventivas ante la Personería Municipal.
Por su parte, la Alcaldía respondió que sí se adoptaron acciones para garantizar el bienestar animal y negó que se hayan producido muertes durante el operativo. Indicaron que el desalojo, realizado el pasado 10 de junio, contó con el acompañamiento de varias entidades de control y que, previo al procedimiento, se identificaron 70 perros y 10 gatos. Sin embargo, aseguraron que algunos fueron abandonados por sus cuidadores.
A raíz de los hechos, la administración municipal anunció la convocatoria de una mesa interinstitucional para definir nuevas estrategias de atención a los animales y lanzó una campaña de adopción responsable. “Nos importan los animales, nos duele su abandono y trabajamos por su bienestar”, expresó en un comunicado.
Sin embargo, las organizaciones defensoras de animales exigen más que comunicados: piden acciones concretas, un plan de contingencia eficaz y un verdadero funcionamiento del Centro de Bienestar Animal. Mientras tanto, decenas de perros y gatos siguen vagando por lo que quedó del asentamiento, esperando que alguien les devuelva el refugio que les fue arrebatado.
