En un contexto marcado por la urgencia y la resistencia política, el Congreso dio un paso significativo en materia de derechos humanos. Aprobado en primer debate por la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, el Proyecto de Ley Integral Trans logró salvarse del archivo automático y podrá continuar su trámite a partir de la próxima legislatura.
Con esta decisión, la propuesta fruto de un proceso colectivo impulsado por la Plataforma Ley Integral Trans Ya (PLIT) y respaldada por más de 100 organizaciones sigue su curso con el objetivo de garantizar igualdad de condiciones y reconocimiento legal para las personas trans y no binarias. El proyecto propone reformas clave en áreas como salud, educación, justicia, trabajo y acceso a la vivienda, además de eliminar requisitos judiciales o médicos para el reconocimiento de la identidad de género.
Sara Millerey símbolo del proyecto
Uno de los símbolos más potentes del proyecto es su vinculación con la memoria de Sara Millerey, una mujer trans asesinada en abril en Bello (Antioquia), cuyo caso se convirtió en emblema del abandono institucional. La ley, que lleva su nombre como acto de memoria, visibiliza el vacío legal que expone a esta población a múltiples violencias.
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Aunque aún resta un largo camino legislativo incluyendo debates en plenaria de Cámara y dos rondas en el Senado, la aprobación de este primer debate marca un hito político. Representantes como Jennifer Pedraza celebraron el avance como un triunfo por la dignidad: “Estamos hablando de vivienda, salud y trabajo digno. Seguiremos dando el debate”, expresó la congresista.
El avance del proyecto refleja no solo la movilización de las bases sociales, sino también una creciente presión sobre el Congreso para legislar en favor de comunidades históricamente marginadas. Ahora, con el reinicio de sesiones en julio, la continuidad del debate será crucial para que el país dé un paso más hacia la equidad.