Durante el consejo de ministros sobre la estrategia de “Hambre Cero”, el presidente Gustavo Petro enfrentó las críticas que surgieron tras el evento realizado en La Alpujarra, Medellín, donde compartió tarima con integrantes de estructuras criminales hoy reclusos en la cárcel de Itagüí. El mandatario negó que haya promovido la participación de delincuentes activos y aclaró que los presentes son personas privadas de la libertad que hacen parte del proceso de paz urbana.
“El que está preso no es un delincuente, es una persona en rehabilitación”, afirmó Petro, al explicar que el acto buscaba visibilizar un compromiso público con la justicia restaurativa. Según el jefe de Estado, este acercamiento busca frenar la violencia en Medellín, una ciudad que aún registra altos niveles de homicidios. “Hemos llegado a casi 10 muertes por cada 100.000 habitantes”, enfatizó, señalando que se necesitan nuevas rutas de reconciliación comunitaria.
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El pacto de paz urbana en el centro del debate
Petro reiteró que su propuesta de paz urbana exige involucrar a quienes han estado al margen de la ley, siempre que manifiesten voluntad de transformación. “Lo que ocurrió en Medellín fue un mensaje claro: personas privadas de la libertad diciéndole al pueblo que están dispuestas a restaurar, a indemnizar”, expresó. El evento, según explicó, fue un acto simbólico para impulsar pactos territoriales en los barrios más afectados por la violencia.
A su vez, Petro insistió en que la sociedad no puede seguir marginando a reclusos o quienes buscan reinsertarse: “Subieron a la tarima personas que hoy están en un proceso de reparación, no en el ejercicio activo de la delincuencia”. Petro reconoció que la estrategia genera polémica, pero aseguró que no se puede construir paz sin asumir riesgos políticos ni romper esquemas tradicionales.
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Petro llama a implementar la justicia restaurativa
El presidente hizo un llamado a la Fiscalía General de la Nación para que adopte de inmediato la ley de justicia restaurativa, recientemente aprobada en el Congreso. “Señora fiscal, eso tiene que ponerse en práctica”, dijo, subrayando que esta normativa establece nuevos caminos para la reparación social y la reconciliación. En su opinión, el acto en Medellín no se trató de legitimar criminales, sino de poner en marcha la ley con hechos concretos.
El mandatario cerró su intervención advirtiendo que si no se aprovechan los espacios de diálogo con actores armados en rehabilitación. “No puede hacerse a través de la delincuencia porque viene una nueva violencia”, sentenció. Su postura sigue dividiendo opiniones, pero refuerza la narrativa del gobierno sobre una “paz total” que involucra justicia, reconocimiento y participación.
