En un esfuerzo global por enfrentar las enfermedades no transmisibles y fortalecer los sistemas sanitarios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso un aumento del 50% en los precios del tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas durante la próxima década. La iniciativa contempla el uso de impuestos especiales como herramienta para lograr este objetivo.
La propuesta fue presentada oficialmente durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, celebrada en Sevilla, España. Bajo el nombre de “3 por 35”, la iniciativa apunta a que los gobiernos implementen ajustes fiscales que, según cálculos de la OMS, podrían reducir significativamente el consumo de estos productos nocivos para la salud.
El plan tiene un enfoque claro: combatir los factores de riesgo asociados a enfermedades como la diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer, hipertensión arterial y trastornos cardiovasculares, todos estrechamente relacionados con el consumo excesivo de estos productos. En palabras de la OMS, se trata de “una oportunidad fiscal y sanitaria sin precedentes”.
Colombia y Sudáfrica, ejemplos de éxito en impuestos saludables
La entidad respaldó su propuesta con evidencia recopilada de experiencias en países que ya han avanzado en este tipo de políticas. En particular, mencionó a Colombia y Sudáfrica como referentes en la implementación de los llamados “impuestos saludables”, que han mostrado resultados positivos tanto en salud como en recaudación fiscal.
El informe también plantea que, una vez se termine la definición técnica de los alimentos ultraprocesados, se evaluará la posibilidad de incluir estos productos en la estrategia. Aunque se anticipa que habrá resistencia por parte de las industrias alimentaria, tabacalera y de bebidas, la OMS insiste en que la medida es tanto económicamente viable como socialmente justa.
La propuesta ha generado respaldo inmediato de organizaciones internacionales como el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Bloomberg Philanthropies, quienes coinciden en que estas medidas pueden ser clave para garantizar sostenibilidad fiscal y bienestar colectivo a largo plazo.
A pesar del apoyo, se espera un fuerte cabildeo en contra por parte de los sectores económicos involucrados. Sin embargo, la OMS argumenta que el costo de la inacción es mayor, tanto en vidas humanas como en presión sobre los sistemas de salud.
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De aprobarse e implementarse ampliamente, “3 por 35” marcaría un giro importante en la forma como los países abordan la prevención de enfermedades no transmisibles, consolidando una visión fiscal más alineada con la salud pública y el desarrollo sostenible.