La preocupación por el futuro del deporte colombiano llegó esta semana a uno de sus máximos referentes: Rigoberto Urán. El reconocido exciclista, medallista de plata en Londres 2012, expresó su rechazo frente al recorte del presupuesto al Ministerio del Deporte, y pidió al Gobierno nacional repensar la inversión en esta área clave para el desarrollo social del país.
“Yo soy producto del apoyo estatal. Gracias a los recursos del Gobierno Nacional y de las gobernaciones pude construir una carrera que me permitió representar al país en cuatro ciclos olímpicos”, expresó Urán en una declaración pública, en la que destacó el rol del deporte como herramienta de transformación juvenil.
La alerta surge luego de que se conociera que el presupuesto para el deporte en 2025 pasaría de $1,3 billones a tan solo $400.000 millones, y para 2026 bajaría aún más, a $198.000 millones. Esto ha generado una ola de críticas entre atletas de alto rendimiento y congresistas, quienes aseguran que estas decisiones ponen en riesgo el trabajo de años y la esperanza de nuevas generaciones.
Urán insistió en que el país no puede abandonar a sus deportistas en pleno ciclo olímpico. “Necesitamos más apoyo, más inversión, más respaldo. El deporte es vida, salud, educación y también turismo. No es un gasto, es una inversión”, dijo el ciclista.
Ángel Barajas también se sumó a la petición
A su voz se sumaron otras como la del gimnasta Ángel Barajas y el atleta paralímpico Francisco Sanclemente, quienes coincidieron en que el recorte representa una señal equivocada en cuanto a las prioridades del Estado.
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Además, el congresista Mauricio Parodi calificó el ajuste como un “ataque directo al futuro del deporte colombiano” y cuestionó que se mantengan asignaciones millonarias a otras entidades, como el Ministerio de Igualdad, cuya legalidad está en entredicho tras un fallo de la Corte Constitucional.
Mientras continúa el debate sobre el Presupuesto General de la Nación, las palabras de Urán reafirman una preocupación colectiva: sin inversión en el deporte, se cierran puertas, se apagan sueños y se pierde una poderosa herramienta para cambiar vidas.