El presidente Gustavo Petro encendió la alarma diplomática al acusar a Perú de apropiarse de la Isla de Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas, justo frente a la ciudad de Leticia. Según Petro, el gobierno peruano sancionó recientemente una ley que convierte esa formación territorial en un distrito, sin un acuerdo binacional previo. Para el mandatario colombiano, esta decisión viola el Tratado de Río de Janeiro de 1934, al modificar los límites sin concertación.
Petro advirtió que esta acción puede afectar directamente a Leticia como puerto amazónico y base comercial clave del sur colombiano. El mandatario cambió su agenda y decidió conmemorar la Batalla de Boyacá desde Leticia como acto simbólico de soberanía. A través de su cuenta de X, acusó a Perú de “copar un territorio” que aún no ha sido asignado oficialmente. El gesto marca una posición de firmeza ante lo que considera una provocación diplomática.
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Cancillería colombiana exige respeto a tratados limítrofes
El Ministerio de Relaciones Exteriores respaldó la postura presidencial al emitir un comunicado que exige un proceso de diálogo para asignar las islas formadas tras los acuerdos de 1922 y 1929. La Cancillería aclaró que Colombia ha insistido en mantener un trabajo binacional para resolver la situación, y que la Isla de Santa Rosa aún no tiene una asignación oficial que la vincule al Perú.
La creación del distrito en Loreto, donde se ubica Santa Rosa, interrumpió las conversaciones diplomáticas, según informó el Gobierno. Mientras tanto, el Congreso peruano justificó la ley como una medida para fortalecer su presencia estatal y asegurar servicios públicos en zonas fronterizas. Colombia, sin embargo, considera que este acto debió acordarse en conjunto, pues afecta directamente su acceso estratégico al río Amazonas.
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Vieja disputa resurge en un contexto de relaciones frías
La tensión actual revive una disputa que parecía dormida desde hace décadas. La isla surgió de la antigua Chinería, y su jurisdicción ha sido motivo de roces desde hace años. El año pasado, un diplomático colombiano denunció su “ocupación” durante un evento binacional, lo que generó una nota de protesta de Lima. En ese momento, Bogotá ofreció disculpas y ambas naciones retomaron el diálogo, hoy nuevamente fracturado.
Las relaciones entre Colombia y Perú se han mantenido tensas desde diciembre de 2022, cuando Gustavo Petro calificó de “golpe de Estado” la destitución del expresidente Pedro Castillo. Desde entonces, ambos países operan sin embajadores y bajo mínimas interacciones. El reciente desplante de Dina Boluarte a Petro en un acto diplomático en Ecuador evidenció que la tensión no ha menguado. Este nuevo incidente territorial podría escalar aún más el conflicto si no se restablecen los canales diplomáticos adecuados.