César Andrés Rivera Méndez citaba a sus víctimas a través de aplicaciones de citas y, una vez ganada su confianza, las invitaba a su supuesta residencia en Bogotá. Allí les ofrecía bebidas adulteradas con productos veterinarios para hacerlas perder el conocimiento y proceder al robo de sus pertenencias. La Fiscalía confirmó que Rivera Méndez actuó en, al menos, cinco casos similares en los últimos años, afectando directamente a personas de la comunidad LGBTIQ+.
Las víctimas, en su mayoría hombres, despertaban desorientados y sin sus objetos de valor. Uno de los testimonios más impactantes fue el de un joven que relató haber perdido el conocimiento en segundos tras consumir una bebida ofrecida por Rivera y su acompañante. Horas después, despertó solo y sin pertenencias frente al Hospital Palermo. El daño económico en todos los casos supera los 80 millones de pesos.
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Un proceso judicial con amenazas y antecedentes graves
Durante la audiencia virtual de imputación de cargos celebrada en mayo, Rivera Méndez no solo se declaró inocente, sino que amenazó a la fiscal del caso con gestos intimidantes frente a la cámara. Este comportamiento generó preocupación por su peligrosidad, y el juez ordenó su reclusión preventiva. Tras meses de proceso judicial, el acusado decidió aceptar los cargos por hurto calificado y agravado, y transferencia no consentida de activos.
El juez de conocimiento dictó una condena de cinco años de prisión y le impuso una multa equivalente a 107,5 salarios mínimos legales. La Fiscalía también informó que Rivera Méndez aún enfrenta otras investigaciones por agresión a miembros de la Policía Nacional y por las amenazas lanzadas en plena audiencia. La decisión sobre estos casos está en proceso.
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Justicia tardía, pero efectiva: el testimonio de una víctima
Una de las víctimas, que cayó en el engaño en 2020, relató que durante cinco años no recibió respuestas claras sobre el avance de su denuncia. Aseguró que solo ahora, con la condena pública del responsable, siente que la justicia está actuando. “Me preocupaba que este caso se quedara en el olvido. Esperé años por este resultado”, expresó en entrevista con El Tiempo.
El caso visibiliza una forma de violencia poco denunciada pero creciente contra personas LGBTIQ+ en Bogotá. La comunidad ha exigido mayor protección y respuestas más rápidas de las autoridades. La condena a Rivera Méndez representa un precedente importante, no solo por el castigo judicial, sino por el reconocimiento del patrón sistemático de agresión y vulneración de derechos hacia esta población.